Septiembre de 1919. Tristan Sadler, de veintiún años, coge un tres de Londres a Norwich para devolverle a Marian Bancroft las cartas que ésta escribió a su difunto hermano, Will, durante la Gran Guerra. Will y Tristan tuvieron una relación íntima, pero las cartas son sólo el pretexto de la visita. En realidad, Tristan guarda un doloroso secreto en lo más hondo de su ser, un secreto que está dispuesto a compartir con la hermana de su amigo, si finalmente consigue reunir el valor necesario.
El pacifista es una novela de heroísmo, amor y traición en el universo moralmente nebuloso de la guerra. En un entorno donde imperan la crueldad y la sinrazón, dos jovencísimos soldados libran una amarga batalla contra la complejidad de sus emociones. Su amistad, primero en el campo de instrucción y después en las trincheras del norte de Francia, trae consigo la intensa luz del autoconocimiento y la felicidad, pero también las tinieblas del desconcierto y el dolor. John Boyne maneja los hilos del relato con gran destreza, hasta alcanzar un desenlace impactante, de los que permanecen en el recuerdo.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2013 | Salamandra |
284 |
978-84-9838-516-8 |
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El tema principal es la soledad del homosexual.
El protagonista de esta historia y narrador, Tristan Sadler, vive una tragedia histórica, la Primera Guerra Mundial, como soldado británico.
Es un joven que miente sobre su edad para huir de su familia y de su entorno social. Ha cometido una equivocación imperdonable en la Inglaterra de Jorge V: ha besado en la boca, inesperadamente, a un compañero. Esa manifestación de amor homosexual supone la expulsión inmediata del centro escolar, el rechazo social del negocio de su padre –una carnicería- y, como consecuencia, el rechazo y la repulsa de su entorno familiar.
Huye pues y se alista en el ejército. En el campamento de Aldershot, un grupo de veinte jóvenes, al mando del sargento Clayton, se esfuerza en adquirir la forma del soldado aguerrido. Todos menos uno, la pluma blanca, el objetor: Wolf. El sargento Clayton le hace la vida imposible y termina muriendo incuso antes de viajar al frente.
Desengañado, rechazado y denunciado por Peter tras aquel beso irreflexivo, Tristan pone sus ojos en el compañero que duerme en la litera de al lado; Will Bancroft.
El título de la novela podría muy bien referirse a Will Bancroft. Él podría ser el pacifista. Will parece también sentir impulsos homosexuales. La novela describe dos episodios en los que Will provoca a Tristan Sadler y tiene con él algún tipo de relación homosexual. Aunque se sugiere más que se describe.
Lo más importante es que Will Bancroft se da cuenta de la injusta muerte o asesinato del objetor Wolf en el campamento. Poco a poco su pensamiento se torna a favor de los objetores y posteriormente, en plena batalla en Francia, tras vivir un episodio en el que un cabo asesina a sangre fría a un joven prisionero alemán, decide no volver a luchar y es fusilado por persistir en esa conducta objetora: The absolutist es el título en inglés y refleja plenamente el pensamiento de Will Bancroft quien no está dispuesto a mover un dedo en la guerra. No es cobarde (pluma blanca); es objetor absoluto.
Tristan Sadler, enamorado de Will Bancroft, intentará salvarle la vida. Pero al interés de Tristan, a su amor, Will corresponde con desprecio e insultos. Para él tan sólo fueron un par de desahogos sumidos en la situación terrible de la guerra. No quería nada con él porque su presencia le repugnaba. El no era de su misma condición.
Los insultos y desprecios de Will hacia Tristan provocaron ira y odio: Tristan se ofreció voluntario como miembro de pelotón de ajusticiamiento que mató a Will.
Cuando la guerra terminó, Tristan escribió una carta a Miriam, la hermana de Will. Quería devolverle la correspondencia que Miriam había enviado a su hermano. Y también deseaba contarle la verdad sobre la muerte de Will.
La novela termina cuando Tristan ya es anciano octogenario y recibe el mayor galardón literario de la lengua inglesa. Consiguió sobrevivir a la guerra y triunfar en la paz. Pero la paz no está en su corazón. Ha vivido sólo toda su vida, debido a sus apetencias homosexuales.
La visita de Miriam el día de la entrega del premio literario desencadena el final de la novela. Tristán confiesa a la hermana de Will que ha escrito todo lo que ocurrió en la guerra y también la muerte de Will y que confesarlo todo es el acto de valentía que necesita para redimirse. Así que esa misma noche entrega el manuscrito a un periodista y se suicida.
El autor se muestra muy prudente al tocar el tema de la homosexualidad. El único problema es que presenta al lector un homosexual que ha vivido toda su vida solo, como si eso fuese un terrible problema. Hay muchos heterosexuales que deciden vivir solos toda su vida o parte de ella y no por eso se consideran desgraciados o dignos de lástima.
Una novela bien escrita. El tema no la hace apta para todos los públicos.