El pedestal de las estatuas
El autor escribe como "historia novelesca" las memorias de Antonio Pérez (1534-1611), secretario de Felipe II y después, huido de España, encarnizado enemigo del monarca y espía de sus rivales politicos.
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Antonio Gala comienza este trabajo señalando en el prólogo: "salta a la vista que se trata no de una novela histórica, sino de una historia novelesca. No me atrevo a decir que fidedigna". Efectivamente este libro ni es fidedigno y ni siquiera es una novela. Así que el que lo desee, que lea la historia de España según Antonio Gala. Está avisado: que sepa que va a ver todos los hechos de nuestra historia, con los ojos de Gala. Ni aprenderá historia, ni disfrutará de la lectura, pues el género no da de sí. Eso sí, se llenará de tópicos, de deformaciones y de anacronismos.
Sin ningún tipo de bibliografía, ni preocupación de veracidad, cuenta la vida de Antonio Pérez. Denigra al rey, se ensaña con Isabel I y Carlos V y a España dando cuerpo a la "leyenda negra". Comienza a principios del siglo XV, más de cien años antes de que naciera el protagonista. Descalifica a nobles, eclesiásticos, validos. Habla y describe conductas homo y bisexuales. Y conductas llenas de bajeza tanto en el ámbito erótico como en el religioso. Da una visión subjetiva de dos siglos de historia de España. No tiene ninguna credibilidad histórica y carece totalmente de seriedad científica. Es una continua narración de escándalos y corrupciones difamatorias. Era lo que "quedaba por leer" en lo que a "novela histórica" se refiere.