Henzensberger esboza los caracteres que identifican al hombre que se siente perdedor, al comparar su desgraciada situación con el éxito que atribuye a los que le rodean; también describe con lenguaje certero y sencillez expresiva los falsos razonamientos de esos radicales, que provocan situaciones dramáticas en los más apartados rincones del mundo y que en nada remedian el atraso, la pobreza y falta de libertad que padecen sus países de origen.