El mayor Scobie pasa la Segunda Guerra Mundial como subcomisario de policía en una colonia británica de África occidental. Allí, apenas llegan los ecos de la contienda, pero la vida del mayor se va complicando progresivamente.
El título, El revés de la trama, parece hacer referencia a las pequeñeces de la vida de los hombres, simultáneas con los grandes dramas históricos.
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El revés de la trama tiene un
El revés de la trama tiene un carácter parcialmente autobiográfico. Al comienzo de la novela el autor advierte que pasó un año en África occidental, entre 1942 y 1943. Coincide en el relato con el personaje de Mr.Wilson, que había llegado a la colonia africana para investigar el tráfico de diamantes.
El protagonista es el mayor Scobie, subcomisario de policia con fama de recto, pero que, deseoso de dar gusto a todos, se ve inmerso cada vez en mayores complicaciones. El autor le retrata en un momento de crisis matrimonial: la hija de la pareja había fallecido en Inglaterra y Luisa, la esposa, llega a África para instalarse con su marido, pero no se siente feliz. Un poco histérica, piensa que los demás miembros de la colonia la rechazan y se siente humillada porque Scobie no ha ascendido a comisario; en consecuencia quiere abandonar el país. Scobie se ha distanciado afectivamente de su esposa, pero no la quiere hacer sufrir y lo disimula lo mejor que puede.
Graham Greene se había convertido al catolicismo durante su estancia en Oxford, a instancias de una novia, esta circunstancia se repite en el mayor Scobie, que se agarra a su conciencia católica frente al escepticismo del resto: "¿Pero de verdad cree usted en el infierno?" -tiene que escuchar el mayor a lo largo de la novela. Sí, el mayor cree en los dogmas de la Iglesia, pero su catolicismo es sufriente e infeliz. Por otra parte Luisa, la esposa, aprovecha la práctica religiosa de su marido para controlarle.
En un momento de la novela se aborda el problema de la confesión. El mayor es consciente de que una confesión sin arreoentimiento es ineficaz, por lo que se encuentra atrapado entre el deseo de salvar su alma y la imposibilidad de cambiar de vida. Alguien ha hablado de aquellos católicos que sólo conocen los aspectos jurídicos y condenatorios de su religión, siempre dispuestos a juzgarse y a condenarse a sí mismos, y que desconocen el consuelo que también debería proporcionarles su fe.
Como en otras ocasiones, aparecen en la novela algunos sacerdotes problematizados: "No sé si miministerio es eficaz -dirá uno de ellos-, pero, al final, los que tienen problemas acuden a mí, sean católicos o no". También figuran dos comerciantes sirios enfrentados entre sí -uno es cristiano y el otro mahometano-, que prestan algo de animación y de drama a la novela.
Greene es un narrador de distancias cortas, se le da mejor narrar la intimidad de sus personajes que improvisar grandes aventuras. Aquí y allí aparecen destellos de una buena literatura, pero no son lo principal de la novela ya que los dramas -pues son dramas al final- son fundamentalmente psicológicos.