El secreto del buhonero

Como ya apunta el título con el término“secreto”, estamos ante relato de intriga, con un toque de terror (incluso en página 31 y ss, se hace un pequeño homenaje a los cuentos de Edgar Allan Poe). Escrita en primera persona central, es el propio protagonista quien recuerda los sucesos acaecidos hace muchos años, cuando sólo era un muchacho (para lectores a partir de 12 años), hechos que marcaron el resto de su vida. Básicamente, plantea la lucha eterna entre el bien y el mal, en este caso encarnado en las brujas, como personajes de ficción: de horrible rostro, piel verdosa y húmeda, que despiden un penetrante olor a vinagre. En la narración, las brujas existen; especialmente, los años de lluvias salen de las mismas entrañas de la tierra para hacer el mal, y sembrar la tristeza y el miedo en los corazones de los hombres mediante siniestras ceremonias.

Personajes y espacio guardan aquí una estrecha relación, que va desde el paisaje general (un pueblo perdido en un valle del norte de España), hasta lugares precisos, como el antiguo convento medieval en la falda del Pico Lobo. Bien escrita y planteada, se precipita y pierde fuerza en el final.

Es una pena que el autor no haya aprovechado el tema para hacer una gran obra de suspense. El lector entra con facilidad en la trama del libro a través de hechos misteriosos pero el final se precipita tan rápidamente que no lo hace creíble.
Parece claramente que hay una introducción y un nudo pero se liquida el desenlace en unas pocas páginas dejando al lector con ganas de seguir la intriga.