En Leningrado, a comienzo de los años sesenta, una niña se convierte en el centro de la vida de cuatro mujeres: su madre, una obrera venida del campo, y tres ancianas educadas antes de la Revolución. La devoción de éstas protegerá a la criatura del duro ambiente en el que les ha tocado vivir.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2011 | Random House-De Bolsillo |
234 |
978-84-9908-895 |
Publicada en ruso, en 2009, bajo el título "El tiempo de las mujeres". |
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Una historia entrañable y
Una historia entrañable y testimonio agridulce sobre la vida en la Rusia comunista. El relato se desarrolla en un piso compartido; aquellos que el régimen adjudicaba por habitaciones. Tres ancianas, ya jubiladas, adoptan como propia a la hija de una joven obrera con la que comparten piso. La confrontación de las abuelas con el sistema nacido de la revolución soviética constituye gran parte del relato: la pobreza de la vida cotidiana, el miedo, los recuerdos de la vida en tiempos de los Zares y de la guerra contra Alemania constituyen su telón de fondo. Sobre éste encontramos el sentimiento de protección de las ancianas por una niña nacida sin voz y sin padre. Se ha dicho que las abuelas supusieron la continuidad del cristianismo en Rusia durante la época comunista; Gliceria, Eudocia y Ariadna cuentan con firmes convicciones religiosas que sólo exteriorizan cuando hablan entre ellas y con la niña.
La técnica literaria de la autora es imperfecta o simplemente peculiar; pero, una vez conocido el marco en el que se desarrolla la historia, los saltos en el tiempo y las escenas inconexas no suponen un obstáculo para la comprensión del relato. Éste se desenvuelve con rapidez; bastan a la autora unos pocos rasgos para dibujar escenas convincentes y una sucesión de éstas para cubrir el periodo temporal que abarca la novela. Desde mi punto de vista se trata de una buena novela y una historia con valores. La autora la dedica a sus abuelas, que, probablemente, la llevaron con los años a crear a Gliceria, Eudocia y Ariadna.