El viento de la Luna

Es una novela autobiográfica. Su desarrollo es el propio de una novela social de matices críticos y el de un relato de iniciación, de paso de la infancia a la juventud a través del proceso de rebeldías propio de la adolescencia. La ambientación es triste y amarga, con el rencor producido por la guerra civil en el pueblo dónde vivió. El autor escribe con un estilo muy expresivo, aunque su ideología resalta más. Detalla con gran crudeza el despertar sexual del adolescente, entregado al autoerotismo, y a partir de este hecho critica duramente la moral católica, a la que asocia con posturas políticas conservadoras.La figura de un sacerdote "progresista" y un falangista malvado son algunos de los personajes tópicos que representan la idea de radical división entre agnósticos cultos y racionales y clérigos cerriles e ignorantes.