Una antigua costumbre social –la de visitar a los enfermos– se convierte, en esta nueva novela de Vicente Valero, en el pretexto único para la creación de un original y atractivo mosaico de historias y retratos. Como en Las transiciones (Periférica, 2016), el narrador vuelve a los años de la infancia y a su isla natal para indagar en el estado de una sociedad que está a punto de asistir a la muerte de Franco y al comienzo de la Transición con sensaciones encontradas, las propias de un viejo y anquilosado mundo que se derrumba y en el que sólo el turismo reciente parece haber empezado a ejercer un papel novedoso y modernizador.
Pero Enfermos antiguos, además de ser un retrato implacable de la sociedad de aquellos años, es sobre todo una novela sobre la infancia, con sus insólitos descubrimientos y efímeras certezas, que propician un jugoso y divertido anecdotario, y su persistente atmósfera familiar, la misma con la que el autor construyó Los extraños (Periférica, 2014): la historia, en fin, de un convulso aprendizaje en tiempos de cambios profundos y decisivos, en la que el lector podrá encontrar situaciones y personajes tan cercanos como inolvidables.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2020 | Periférica |
142 |
978-84-16291-97-7 |
Buena edición en rústica. |
Comentarios
En este libro, Vicente Valero
En este libro, Vicente Valero regresa a los recuerdos de la infancia en Ibiza, como ya hiciera en Las transiciones y en Los extraños. Ahora, el motivo son las visitas a parientes, vecinos u otras personas enfermas, que hacía con su madre. Son los años finales del franquismo y de la transición hacia la democracia, cuando el turismo se va adueñando de la isla y llegan aires de cambio en muchos aspectos de la vida. Esto descrito con la mirada de un niño, que descubre el dolor, la enfermedad, la vejez..., que observa, reflexiona, se interroga. La ambientación está muy lograda con la prosa del autor, que fluye con gran naturalidad. A pesar del tema, no es un libro triste, hay bastantes situaciones divertidas y un trasfondo de compasió, de comprensión, de humanidad. Luis Ramoneda