Entre limones

A mediados de los ochenta, Chris Stewart, decide comprar un cortijo en las Alpujarras granadinas y se traslada a vivir con su mujer a un rincón perdido del sur de España. En 1990 decide contar sus experiencias rústicas hasta el nacimiento de su hija Chlöe y surge Entre limones, que ya va por su novena edición en España (en inglés ha vendido cerca del millón de ejemplares). Tiene ya preparados otros dos libros de recuerdos.
No es un gran escritor, ni siquiera un escritor, ni cuenta nada espectacular y, sin embargo, este sencillo libro autobiográfico ha triunfado. El motivo es, sin duda, el protagonista: natural, divertido, optimista, emprendedor, curioso, atrevido, trabajador, buen marido y buen padre, buen amigo.

Entre limones es una versión moderna de la alabanza de aldea sin excesivo menosprecio de corte. Chris sabe lo que quiere y va a por ello. Aprenderá de todo con el entusiasmo de un converso y superará los problemas a los que se va enfrentando. Obtendrá amigos y engendrará hijos. El resultado es una experiencia llena de valores: lo poco que realmente se necesita para vivir, la importancia de ayudarnos unos a otros a superar dificultades, el valor del trabajo y de la constancia, la capacidad de disfrutar de las cosas sencillas de la vida y, sobre todo, la valentía de atreverse a escribir el guión de la propia vida y ser luego fiel a él.

Es un libro básicamente descriptivo, en el que, salvo que se quiera emprender una aventura similar, muchos detalles parecerán excesivos. Campesinos honrados y otros no tanto, drogatas colgados, monjes budistas, partidarios del New Age y expatriados, son los compañeros de viaje de Chris. Cómo se hacen unas papas a lo pobre, cómo se cierran tratos de ganado, cómo se construye un puente para no quedarte incomunicado o cómo se mata un cerdo... son cosas que forman parte de su aprendizaje. Unas memorias autobiográficas convertidas en el fondo en una novela de aventuras.