Las conversaciones con padres suelen acabar con una expresión de desánimo: "¡Qué difícil es ser padre!. Se trata de una auténtica manifestación de impotencia, cargada de pesimismo, todo lo comprensible que se quiera, pero inaceptable. Los padres no podemos hacerle concesiones al desencanto, sino ilusionarnos con el reto que tenemos entre manos. El cometido de este libro es darle la vuelta a ese comentario presuntamente inevitable y hacer posible este otro: ¡Es fácil ser padres! a lo largo de este libro se dan muchas ideas para poder desenredar esos nudos cotidianos, grandes o pequeños, sencillos o enmarañados, que se van liando conforme vamos hilando los cabos de la educación de nuestros hijos, desde que nacen hasta que entran en la pubertad. No pretenden ser sino orientaciones, sugerencias, propuestas, pautas... que funcionan; no recetas infalibles, que no existen. Cada niño, cada niña, es diferente, como también lo son sus circunstancias y sus padres, sin embargo, dada la transcendencia de la tarea no vendrá mal, cuando menos, compartir ideas.
Los autores saben por experiencia que la educación no es una ciencia abstracta, por eso cada capítulo arranca con la narración de un caso real. Después viene el movimiento de generalización mediante el cual circunscriben cada situación en la temática correspondiente. Por último, ofrecen una serie de orientaciones que pretenden hacer más fácil la labor de ser padres.
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Conjunto de sugerencias prácticas para la educación infantil, que permitan al niño desenvolverse con seguridad en el ámbito familiar y en el escolar. Tienden al equilibrio entre disciplina y comprensión, al rechazo de la improvisación y al optimismo acompañado de exigencia, paciencia y constancia. El texto, de notable calidad científica, resulta muy útil para público no especializado.