Escenas de cine mudo

Llamazares tiene una pluma magnífica en la que alterna elementos cotidianos con escenas llenas de ternura. Es verdad que se vislumbra una personalidad solitaria, voluntariamente (¿o resignadamente?) solitaria, pero también es verdad que en este tipo de libros nunca se sabe qué es realidad y qué es ficción, o si es sólo una de las dos cosas. Da la impresión de ser realidad, pero muchas veces los recuerdos están modificados por nuestra propia vida posterior, que nos hace ver acontecimientos aparentemente normales donde hay experiencias que en su día nos hicieron daño. Ese tipo de recuerdos no faltan en el libro, y eso hayq ue tenerlo en cuenta.