Estupor y temblores

Esta novela con declarada carga autobiográfica, que ha obtenido un éxito impresionante en Francia, cuenta la historia de una joven belga de 22 años, Amélie, que empieza a trabajar en Tokio en una de las mayores compañías mundiales, Yumimoto.
Amélie, afligida por el doble handicap de ser a la vez occidental y mujer, sufre, en un trabajo en que creía con ilusión que iba a ser un puesto profesional de prestigio, sufre una cascada de humillaciones que van creciendo a medida que pasa su tiempo de trabajo en esta empresa: trabajos absurdos, órdenes dementes, tareas repetitivas, humillaciones grotescas, misiones ingratas, superiores que rayan en el sadismo son los estímulos que en cierto sus superiores pretenden que sea una fuente de motivación para el trabajo.
La joven comienza ocupando un puesto de contabilidad en la empresa, luego a servir cafés, pasa a continuación a la fotocopiadora y, descendiendo en los escalones de la dignidad, acaba ocupándose de las tareas más burdas.
El título de este nombre es que marca el hilo conductor de esta sencilla novela, asequible y de ágil lectura. Con "estupor y temblores": así es como el emperador del Sol Naciente exigía que sus súbditos se presentarán ante él.
La realidad que muestra este libro es tal vez demasiado cruda: el trabajo en la empresa japonesa, un trabajo cargado de humillaciones a las que nadie debe intentar rebelarse puesto que la empresa es concebida como el dios que hace que la persona llegue a ser lo que es.
Evidentemente en este libro la crítica a la sociedad japonesa y a su forma de concebir el trabajo, forma que puede llegar a poner a la persona en el abismo de su existencia, llegando a tener deseos de suicidarse. Una vida en donde no cabe la esperanza de algo mejor.
La novela es fácil de leer, pero si no te gusta leer demasiado, no te recomiendo este libro como iniciación hacia la lectura.