La periodista Lesley-Ann Jones ha escrito la presente biografía de Freddie Mercury (1946-1991) con una pretensión de exhaustividad, aun así se centra en el perfil psicológico del cantante. Destacan dos cuestiones, el carácter del protagonista y su sexualidad. La autora construye la biografía en base a los testimonios de quienes le conocieron, los datos están aquí, su interpretación puede ser más difícil por su originalidad y el carácter contradictorio de la estrella del rock.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2022 | Alianza Editorial |
532 |
978-84-1362-263-7 |
Subtítulo: La biografía definitiva. Original de 2011. Contiene numerosos apéndices. |
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"Los artistas siempre tienen
"Los artistas siempre tienen una infancia marcada por el maltrato o, por lo menos, por la privación emocional. Todos tienen en común algún tipo de daño psicológico, y te aseguro que si examinas su infancia lo encontrarás" (pág.19). Son palabras de Napier-Bell, representante de artistas.
Lesley-Ann Jones, biógrafa de Freddie Mercury -nombre artístico de Farrokh Bulsara- atribuye las características psicológicas del cantante a su prematura separación del ambiente familiar. La familia Bulsara, originaria de la India, residía en Zanzibar, isla en la costa oriental de África bajo dominio británico. Allí nació Farrokh, que a los ocho años de edad, fue enviado a la India a cursar estudios en el internado de St.Peter de Panchgani, cerca de Bombay. Durante diez años Farrokh solo vería a su familia una vez al año, durante las vacaciones escolares y no en todas.
"Resulta imposible imaginar -escribe la autora- que Freddie no albergara otra cosa que no fuera soledad y miedo. Quienes le conocieron después han contado que Freddie albergaba un profundo resentimiento hacia sus padres por haberle enviado interno. Años más tarde reconocería que se había sentido dolorosamente solo (pág.265); era un niño sensible, un poco enmadrado, que por las noches lloraba hasta quedarse dormido" (pág.71). Con el paso de los años, el cantante reflexionaría acerca de si esa falta de afecto durante su primera infancia fue lo que le llevaría después a una obsesión desproporcionada por el amor físico (pág.66).
En el internado de St.Peter Farrokh comenzó a crear una imagen ficticia de sí mismo para relacionarse con su entorno; allí comenzaron a llamarle Freddie mientras que él llamaba a todo el mundo cariño, lo que llevó a la directora del centro a pensar que era homosexual: "Yo no podía evitar que me diera pena, ya que los demás se burlaban de él. Lo curioso es que a él no parecía importarle" (pág.76). Allí aprendió a tocar el piano y, dotado de una buena voz, participó en su primer grupo musical, The Hetics.
Pasaron los años y la familia Bulsara se trasladó a Gran Bretaña. En Londres, Freddie realizó estudios de diseño, se dedicó a la música y tuvo una novia con la que con la que convivió durante seis años, Mary Austin. A Freddie -dice Mary- "le preocupaba que la gente estuviera burlándose de él a sus espaldas, y que en realidad él fuera una persona ridícula" (pág.137); su dentadura sobresaliente, piel tostada, gestos amanerados y la religión parsi de su familia le hacían distinto de los demás, los cuales frecuentemente le tomaban a broma.
Todos los testimonios coinciden en que Freddie era inseguro y que compensaba esa inseguridad con una vanidad exagerada: "Puede que su peor defecto fuera la vanidad -escribe Lesley-Ann-. Su insistencia en que iba a ser una leyenda podía sacar de quicio a la gente" (pág.115). Buscaba el éxito como estrella del rock, pero fuera de los escenarios prefería pasar desapercibido. A ello había de unirse la preocupación por su orientación sexual: "El creía que le gustaban las mujeres y le llevó bastante tiempo darse cuenta de que era gay" (pág.114), pero no se atrevió a decírselo a su familia.
Freddie nunca superó la culpabilidad que le provocaba su estilo de vida: Sexo, drogas y rok and roll. La autora acepta la opinión general de que él solo superaba ese sentimiento angustioso durante el proceso de creación musical y cuando se encontraba en un escenario. Alli no le costaba comportarse como una estrella, pero al mismo tiempo se veía como el gran fingidor, el payaso alegre que ríe para divertir a los demás mientras oculta sus lágrimas (pág.427).
El éxito, unido al consumo de cocaína provocó en él neurosis. Barbara Valentin, con la cual convivió durante un tiempo, opinaba que la mayor amenaza contra la cordura de Freddie era su dependencia respecto a los demás: "Lo que más miedo le daba era quedarse solo" (pág.328). Queen había alcanzado un gran éxito y el periodista Peter Hillmore opina que la adoración del público "acaba teniendo un efecto sobre la salud mental, incluso en la persona más normal del mundo" (pág.383).
Munich pasaba por ser una de las capitales gay del mundo, allí conoció Freddie a Barbara Valentin, una actriz del porno suave que estuvo profundamente enamorada de él. "No éramos felices -dice Barbara-. Te emborrachas, esnifas cocaíana, haces el tonto, te acuestas con todo bicho viviente y lo único que consigues es sentirte más solo, más vacío" (pág.329). La autora habla de "un desaliento espiritual cada vez mayor" en Freddie (pág.373).Cuando le adviertieron acerca del peligro de contraer el sida Freddie respondió: "Yo hago lo que quiero y con quien quiero", pero Brian May, el guitarrista de Queen, advierte que "hacer lo que queremos no siempre acaba haciéndonos felices" (pág.354).
Freddie Mercury falleció a los cuarenta y cinco años víctima del sida. Había aceptado su muerte y solo se sentía en deuda con Mary Austin a la que había prometido matrimonio, promesa que evidentemente no cumplió; a ella le dejó heredera de sus bienes. La lectura de su biografía nos enseña que, de acuerdo con las propias palabras del cantante, determinados estilos de vida pueden resultar muy destructivos (pág.235).