Fuego latente

Fuego latente narra la peripecia vital de Pol Caselles -huérfano, pobre, inculto, ambicioso-, su educación sentimental, su apasionada historia de amor con Amèlia Baigual y su vertiginoso ascenso social en uno de los períodos más convulsos y agitados de una Barcelona dominada por la poderosa burguesía y azotada por las bombas anarquistas, la lucha de clases, el nacionalismo emergente y la confrontación religiosa, que culminará en la violenta Semana Trágica.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2006 Espasa Calpe
556
978-84-670-2299-5
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
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La obra se compone de dos partes que son como otras tantas novelas. En la primera, bajo el título de "Poniente", se cuenta la historia de Pol Caselles, nacido en 1875 en can Masats, de padre desconocido. Trabajando llega a ser ayuda de cámara del barón Darniu. En la segunda parte, "La fuerza del fuego", encontramos a Pol establecido entre la alta burguesía barcelonesa donde vivirá la "semana trágica" en septiembre de 1909. En la primera parte el ambiente es el de los criados de torre Darniu, en tanto que la segunda corresponde a la alta burguesía barcelonesa. El telón de fondo es la decadencia de la aristocracia y el nacimiento de los movimientos revolucionarios. En un principio son los ravassaires contra los propietarios de las tierras, después el movimiento anarquista que siembra Barcelona de bombas, al final una mezcla de todo: regionalismo, republicanismo, movimientos obreros y anticlericalismo, agravada por la pérdida de las colonias en 1898 y la guerra de África, desembocará en la sublevación conocida como "semana trágica", con cientos de muertos y el Ejército en las calles. Las preguntas que la autora no formula pero que están detrás del relato son las siguientes: ¿Por qué Catalunya no puede convivir con España? Forrellad, por boca de sus personajes, sugiere que los catalanes aman el trabajo en tanto que los castellanos sólo desean los frutos del mismo: el dinero y los honores. La segunda pregunta sería si los patrones son los responsables de los excesos del movimiento obrero. Forrellad lo niega. Ella misma ha nacido en Sabadell, ha trabajado en la industria textil y ha oído contar cómo ardieron las fábricas que daban trabajo a miles de hombres y mujeres. El empresario Climent Cros, uno de los personajes, está a punto de morir a manos de los agitadores. La tercera pregunta es sobre el anticlericalismo; en la "semana trágica" ardieron noventa y cinco conventos y centros de enseñanza de religiosos, muchos de ellos situados en zonas marginales de la ciudad: ¿Era ello necesario? ¿Ha de ser esto siempre así de acuerdo con las palabras de Jesucristo ‘si a Mí me persiguieron también os perseguirán a vosotros’, o existen otras causas más inmediatas como la supuesta riqueza de los conventos o el conservadurismo de curas y Obispos? La autora sabe trasmitirnos las nuevas corrientes sociales y artísticas llegadas de más allá de los Pirineos, sin dejar mencionar los bajos fondos por los que también fue conocida la ciudad. En la novela estos están representados por el chulo Percival Pinal o el fotógrafo extorsionador Barchini. Conviene advertir que la multiplicación de episodios y personajes sólo tiene sentido si estos interactúan entre sí. El episodio de Berta Cros, en la segunda parte, podría haber dado lugar por sí mismo a otra novela, mientras que lo mejor de ésta parte son sus personajes secundarios, como los hermanos Guix, la feminista María Ferret, el periodista Melcior Malla y otros que giran alrededor de Pol y de su esposa Amelia. Puede ser que la segunda parte sea más floja que la primera: dickensiana una y galdosiana la otra. En todo caso la obra se lee bien (un poco larga), la prosa es buena, los personajes sólidos en general y resulta ilustrativa sobre la historia de Catalunya de hace un siglo.