La Historia de los heterodoxos españoles es una historia de España en sus ideas religiosas heterodoxas; es decir, apartadas de la ortodoxia católica. El autor sitúa a estos hombres y mujeres en su contexto histórico, de ahí la extensión de esta obra.
La tesis de Menéndez Pelayo es que la religión católica - la fe católica ortodoxa- ha sido la argamasa y elemento de unidad que ha salvado a nuestro país de las guerras de religión que en su día azotaron Europa.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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1956 | Biblioteca de autores cristianos |
1223 |
84.00072.902 |
En dos volúmenes. Original de 1880-1882. |
Comentarios
En el Discurso Preliminar,
En el Discurso Preliminar a esta obra, Menéndez Pelayo se pregunta por la utilidad de reunir en un libro a los heterodoxos que se han dado a lo largo de la historia en España. Responde que es útil como: 1. Recopilación de hechos curiosos. 2. Recuerdo de glorias literarias olvidadas, en cuanto muchos de ellos llegaron a publicar obras de interés literario. 3. Porque encierra grandes y provechosísimas enseñanzas. Y añade: "Para que, conocida su filiación e historia, no deslumbren a los incautos cuando aparezcan remozadas en rico traje y arreo juvenil" (pág.53).
Podríamos dudar que las viejas herejías pudieran presentarse con aires de novedad. Podríamos, pero nos equivocaríamos. Casi cien años después de que Menéndez Pelayo escribiera esas líneas -después del concilio Vaticano II, pero no a causa del mismo- san Josemaría Escrivá afirmaba: "Se llaman a sí mismo progresistas pero no lo son, son retrógados". Y explicaba cómo, a causa de la confusión doctrinal, estaban resucitando todas las antiguas herejías. Siento no poder dar la cita, pero pertenece a la predicación oral de ese santo español.
Cuando allá por los años cincuenta y sesenta se estudiaba en el Bachillerato la Historia de la Iglesia, lo primero que estudiábamos eran las persecuciones (Nerón, Domiciano, Trajano...) y las herejías (Arrio, Nestorio, Donato...). Comprendíamos así la importancia de vivir en una época de paz religiosa, así como la necesidad de conservar la fe católica en su integridad.
Escribe santo Tomás de Aquino que "la recta doctrina es una obra buena y la primera de las obras buenas" (Summa Theologica, Iª pars). Por su parte el Cardenal Newman, converso desde el anglicanismo a la fe católica, manifiesta en la Apología sobre su vida como su conversión se produjo al estudiar a los monofisitas y ver cómo los Padres de la Iglesia se opusieron a esa herejía de los primeros siglos del cristianismo. Por lo tanto, son herejes en sentido estricto los que rompen la unidad doctrinal de la Iglesia.
En la "Historia de los heterodoxos" Menéndez Pelayo afirma que la unidad de la nación española proviene de la común fe católica (págs.1192-1196). Así dicho puede sonar extraño, pero se entiende mejor si comprendemos que la unidad es una vitud moral y consecuencia de otras muchas virtudes: humildad, generosidad, caridad.... "Ut omnes unum sint" ("que todos sean uno"), pide Nuestro Señor Jesucristo para sus discípulos en la última cena (Io.17,21). En consecuencia y en un sentido amplio, heterodoxos son todos aquellos que rompen la unidad eclesial y de cualquier tipo, por ejemplo la unidad familiar.
Menéndez Pelayo no quiso incorporar a esta obra a los disidentes contemporáneos suyos, por eso lo hace, para esta edición, el Doctor Rafael García y García de Castro, Arzobispo de Granada (págs.1200 a 1223). El lector se sorprenderá de ver en ese estudio a autores como Unamuno, Salvador de Madariaga u Ortega y Gasset, y entiende la prudencia de Menéndez Pelayo al no querer incorporarlos a su obra. Es cierto que en algún periodo de su vida fueron heterodoxos y sobre todo anticlericales, pero no son propiamente autores religiosos y, en todo caso, queda claro que evolucionaron en su pensamiento a lo largo de sus vidas.