Relato de los avatares del amor que surgió, como un flechazo, entre Pedro I de Portugal y la dama gallega Inés de Castro, una figura casi de leyenda, del siglo XIV. La prosa, bella, elegante y expresiva, sirve a una trama plena de viveza y agilidad.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2003 | Martínez Roca |
217 |
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2008 | Martínez Roca |
252 |
978-84-270-3436 |
Subtítulo: LA LEYENDA DE LA MUJER QUE REINO DESPUES DE MUERTA Colección: Mr Novela Histórica |
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Novela histórica que en su día me gustó bastante por la frescura del relato y la justa medida en dar los datos necesarios sin agobiar al lector con profusión de datos. En algunos momentos parecía algo así como una novela rosa real. La obra se centra en los años transcurridos entre 1330 y 1360, apasionante época de la historia de España que encuentra su momento álgido un siglo despues. Una buena novela histórica para todos los lectores, que disfrutaran de una buenas horas de lectura.
De nuestro país era Inés de Castro. Nacida en A Limia en 1320, hija de Pedro Fernández de Castro, se crió en casa de uno de los inventores del idioma castellano: Don Juan Manuel, el de El Conde Lucanor. Una hija del hombre de letras, Constanza, prima de Inés, habrá de casarse con el heredero de Alfonso IV, el que será Pedro I de Portugal. En su viaje a la corte lusa irá la De Castro como dama de compañía. Y ya en las presentaciones, saltan chispas entre el fogoso príncipe y la hermosa limiana. Mantiene a Constanza como esposa oficial, pero llega a tener cuatro hijos con Inés. Ante un claro problema de sucesión, el rey Alfonso decide cortar por lo sano, asesinando a la amante. Años más tarde, en 1360, y ya cetro en mano, Pedro, como desagravio, desenterrará a Inés, exhibiéndola públicamente como la verdadera reina.
Pilar Queralt es la última de una larga lista —Garcilaso, Camoens, Lope, Vélez de Guevara, Madame de Genlis— que ha notariado a este personaje. Lo hace en Inés de Castro. La leyenda de la mujer que reinó después de muerta (en Martínez Roca). Usa un magistral truco: colocar la narración en la voz de un misterioso personaje al que escuchan, en una taberna madrileña, Lope y Guevara. No se pierdan, pues, este lúcido biopic.