Cuadro de época en el que un joven pueblerino llega a estudiar a Oxford en el otoño de 1940. Para paliar las humillaciones que le infligen sus condiscípulos se inventa una hermana, Jill, prototipo de la mujer moderna y atractiva. Larkin critica a su "alma mater" sin ocultar lo falso de su profundo elitismo, pero de ello se desprende un atractivo capaz de seducir incluso a sus víctimas.