La enfermera de Brunete

Este libro, de más de mil páginas y cuidadosamente editado, es lo que antes llamábamos una novela romántica. Durante la Guerra civil española, Javier, alférez de requetés, se ve enredado con tres mujeres: la joven a la ha pedido oficialmente en matrimonio, una amiga de la familia, casada con un viudo y algo ligera de cascos, y la enfermera que lo atiende cuando es herido en la batalla de Brunete. Más allá de sus problemas sentimentales le mueve el afán de vengar la muerte de su padre y encontrar a su hermana que ha quedado en la zona republicana. El relato es sencillo, los personajes están bien dibujados y se lee fácilmente. Aunque estemos hablando de una novela y no de un libro de historia, del argumento se pueden destacar tres aspectos. La acción se desarrolla en la zona nacional y sigue la óptica de los sublevados, lo cual es raro en la literatura de las últimas décadas. Sus protagonistas pertenecen a la burguesía catalana y han escapado de allí para establecerse en la zona nacional. Dado el posicionamiento que tuvieron los partidos nacionalistas durante la República y la guerra civil se suele olvidar cuántos catalanes y vascos lucharon en el ejército de Franco, financiaron la sublevación u ocuparon cargos en el nuevo estado; es algo que no se debería olvidar para no incurrir, hoy, en la misma simplificación: pensar que el nacionalismo representa a todos los naturales de esas dos regiones. Por último los bandos no son internamente homogéneos. Es cierto que el levantamiento tiene una base militar, católica y rural, mientras que la República se apoya en los sindicatos, los partidos de izquierdas y los nacionalistas; pero no todo es tan sencillo. Los protagonistas estuvieron en ocasiones muy relacionados. El autor nos pinta a los requetés navarros derrotando a los que llama "sus primos", los gudaris vascos (sería bueno saber qué influencia ha tenido este hecho histórico en la presión posterior del nacionalismo vasco sobre Navarra). Tampoco se sublevaron todos los militares, sino que los hubo que se decantaron por el orden republicano e hicieron que la sublevación fracasase en determinados lugares, por ejemplo en Barcelona. Hubo católicos que mantuvieron la lealtad republicana; es conocido y se cita en la novela el caso del general Rojo, defensor de Madrid, que nunca retiró el crucifijo que tenía junto a su cama. La desconfianza planea por el contrario sobre los curas vascos, sospechosos de apoyar al nacionalismo. La novela recuerda a algunos aristócratas que se posicionaron con la República y cita al aviador Hidalgo de Caviedes. Por último, entre tantos otros personajes, se nos habla de tres amigos ingleses de la Universidad de Cambridge; dos de ellos se alistan en las Brigadas Internacionales y el tercero en el bando nacional porque, según afirma, le gustan las causas perdidas; los tres murieron en España. He empezado diciendo que la novela es romántica, pero está escrita hoy y recae en el erotismo, por lo que no se puede recomendar sin hacer previamente esta advertencia.