¿Cómo fue posible la expansión de un pequeño movimiento mesiánico nacido en los confines del Imperio romano, hasta llegar a convertirse en la religión dominante de la civilización occidental? En contra de una visión arraigada, la perspectiva sociológica es capaz demostrar que el cristianismo no surgió como un movimiento clandestino de los desposeídos del Imperio y que su notable crecimiento no fue debido a súbitas conversiones masivas. La curva de expansión del cristianismo entre los años 40 y 300 pone de manifiesto que, en tiempos de Constantino, ya se había convertido en una fuerza considerable, con patrones de crecimiento muy similares a los de movimientos religiosos exitosos de tiempos más recientes. Más que una causa del triunfo del cristianismo, el edicto de Milán fue una respuesta astuta al rápido crecimiento de esa religión y a su influencia política.
A partir de los conocimientos sociológicos sobre la conversión y la manera en que los grupos religiosos reclutan a sus miembros, este libro trata todos los temas relevantes para explicar la expansión del cristianismo: el trasfondo social de los conversos, la misión a los judíos, el estatus de la mujer en la Iglesia, la función del martirio y de la caridad, y el papel de la fertilidad y las enfermedades, sin olvidar la importancia central de la enseñanza, la moralidad y la fe en las comunidades cristianas. No sólo es un texto imprescindible para el lector interesado en los orígenes del cristianismo, sino que constituye una valiosa introducción en los métodos dela ciencia social destinada a estudiosos e historiadores de la Biblia.
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