El autor nos habla, con su estilo vivo y ameno, de la fuerza, belleza y valor de esta virtud, especialmente vivida y amada por Jesús y su Madre, la Virgen María.
"La humildad -señala el autor- es una virtud que apenas llama la atención. La alegría es luminosa, la audacia, espectacular... Esto no quiere decir que sea verdadera la idea popular que la presenta macilenta, con aire triste y cuello torcido".