En los últimos tiempos, la Iglesia ha sido injustamente criticada, tanto en la prensa extranjera, como en la nacional. Este libro trata de periodismo y de cómo éste, informa sobre la Iglesia Católica.
Esta obra no pretende denunciar ni desenmascarar, agravios o falsedades. En ella se apuesta por la profesionalidad, no por la profesión, apuesta que nace de la convicción del autor de que la Iglesia es amiga del auténtico periodismo.
Al informar sobre la Iglesia católica, como sobre cualquier religión o institución, se demuestra que quien es honrado es buen profesional, en un doble sentido: que no hay más conjuras que, salvo algunos casos evidentes, la de la pereza para documentarse, la inercia para salir de los estereotipos de grupo y de cultura histórica, la comodidad de refugiarse en marcos interpretativos fabricados por otros, etc. Por ello, quien ataca injustamente a la Iglesia lo hace por motivos ideológicos, no profesionales, disfrace de presuntas razones profesionales su "diferencia ideológica" con la fe cristiana. Y a la vez se demuestra que la fe no ofrece atajos al profesional en su trabajo, si bien le ayuda a orientarse mejor.
Comentarios
Comienza el autor señalando
Comienza el autor señalando como "no son infrecuentes las quejas sobre las creencias, superficialidad o la agresividad de la que es objeto la Iglesia católica en la prensa". La Iglesia católica, dentro de la dificultad que supone su contenido y finalidad espiritual, cuenta con elementos noticiables; para los medios de comunicación un hecho es noticia cuando se da algunos de los siguientes criterios: Novedad, negatividad -lo malo es noticia- o interés humano.
Los medios se mueven entre cuatro baremos: Resultado económico, ideario, información y entretenimiento. La línea editorial viene determinada por el director y el consejo de redacción del medio y se espera que sea coherente con los contenidos y permanente en el tiempo; por su parte, la empresa favorecerá todo aquello que le proporcione lectores y es posible que esto lleve a destacar los conflictos internos o externos a la institución eclesial, los escándalos y las críticas en general.
Segun su postura acerca de la información religiosa el medio puede A) Adoptar una postura hostil, B) Un pluralismo moderado, que no abdica de la laicidad, pero aplaude a la Iglesia cuando actúa conforme con el ideario del medio. C) Frívolo, destaca lo morboso, pintoresco o intrascendente, es partidario de la libertad de costumbres y rechaza a la Jerarquía en cuanto supone una autoridad. D) Abierto, más liberal que laicista, admite información recibida de la entidad eclesial y evita adoptar posturas radicales. E) Medios que tienen un ideario en sintonía con la visión cristiana (págs.316-319).
Para valorar la importancia que un medio escrito concede a una información religiosa hay que observar el espacio que dedica a la noticia, crónica o comentario y su colocación en el conjunto; cómo resalta la noticia a través de los titulares e información gráfica, y el ambiente con el que la rodea que puede ser amable o antipático; asi mismo procede comprobar cómo el medio enfoca la noticia o la terminología -positiva, negativa o aséptica- que utiliza para dar la información. Por último, hay que distinguir entre información y opinión; la primera suele ser más aséptica que la segunda.
Las limitaciones a las que se enfrenta la información religiosa en los medios escritos son: La falta de espacio, la falta de reporteros especializados y los prejuicios que pueden arrastrar el que escribe o el medio para el que trabaja, que suelen coincidir. En este sentido hay que señalar que la religión y la Iglesia católica en concreto son realidades complejas en las que interviene lo humano y lo espiritual. Esto último es dificilmente noticiable, por lo que el medio se centra en los aspectos más exteriores, lo que puede hacer la noticia pintoresca e incluso incomplensible; por ejemplo, las procesiones de Semana Santa se ven en los medios como un espectáculo y un fenómeno social, no abordan el aspecto espiritual.
Algunos prejuicios y lugares comunes presentes en los medios de información sobre la religión y la Iglesia católica son los siguientes: a) Los líderes tienen los pies de barro y ello da lugar al escándalo como fenómeno noticioso. b) Las creencias antiguas sufren para adaptarse a los nuevos tiempos. c) Los descubrimientos científicos contrarian a los distintos credos. d) La Iglesia católica mantiene unos presupuestos incompatibles con una sociedad moderna, pluralista, democrática y partidaria del progeso. e) Una institución marginal y poco influyente (págs. 247-250). Destacan por sus esquemas mentales negativos acerca de la Iglesia católica El País en España y The Guardian en Gran Bretaña.
Algunas conclusiones: 1) El medio y el informador condicionan la información. 2) Hacer información religiosa no es hacer propaganda ni hace falta ser creyente, pero sí conocer el objeto de la información. 3) Apostar por la profesionalidad informativa y la formación permanente del periodista en ese ámbito. 4) En ocasiones se presentan hechos excepcionales como si fueran habituales. 5) Hay asuntos que no se resuelven con una dicotomía entre bueno y malo, son más complejos. 6) La existencia de verdades inmutables y no comprobables choca con el relativismo y cientifismo de la cultura contemporánea. 7) A la prensa le cuesta aceptar una institución no democrática. 8) Se puede discrepar acerca de medidas concretas sin necesidad de atacar a la Iglesia. 9) Ser capaz de distinguir entre los errores de las personas y de la institución, y no atribuir al conjunto lo que es propio de individuos determinados. 10) Ser ecuánime, no ofender y distinguir entre indicios y realidades probadas.
Para profesionales de la información y otros lectores interesados.