La maceta encantada

Un cuento repleto de magia, naturaleza y mucha belleza.

Nara y Lucas siempre veranean en casa de su tía Celia: van al río; la ayudan a hacer mermelada y escuchan emocionados las historias que cuenta sobre los bostildos, unos seres mágicos que viven en el Gran Bosque.

Sin embargo, una plaga de insectos acaba con la cosecha de la tía y se quedan sin mermeladas para vender. En busca de un solución, Nara y Lucas se adentran en el bosque con la esperanza de encontrar a un bostildo que les ayude...

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2019 Editorial Astronave
36
978-84-679-3550-9

Ilustraciones de Esther Gili

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Precioso álbum ilustrado sobre la familia y la generosidad con un toque de magia. Los protagonistas del relato, Nara y Lucas, son primos (más o menos de la misma edad) y, durante el verano, pasan una temporada en casa de la tía Celia, que vive en El Valle a los pies de las montañas Picos Altos y cuida de su huerto junto al Gran Bosque. En este magnífico paraje, Nara y Lucas disfrutan de la naturaleza, recorren el bosque, se bañan en el río y, además, ayudan a su tía a preparar las conservas y mermeladas para vender durante todo el año. Pero ese verano una plaga de insectos acaba con las frutas de la cosecha y la tía Celia se encuentra en una difícil situación económica.

Nara y Lucas, que habían oído contar muchas veces historias de duendes y objetos mágicos, deciden adentrarse en el Gran Bosque en busca de los bostildos. Estos pequeños duendes duermen mucho y viven escondidos entre las plantas; pero, si los encuentras y estás apremiado por una necesidad, tienen la obligación de darte un objeto mágico. Los niños tienen la suerte de encontrar al bostildo Gunstildo Cratonque, que se compromete a dejarles en el invernadero de su tía un importante objeto mágico. Y, efectivamente, esa noche aparece en la casa una maceta vieja, rota y con tierra usada en su interior. ¿Puede ser mágica una cosa tan normal y ordinaria?, ¿será suficiente para ayudar a la tía Celia y solucionar sus problemas?

Los textos son de Gemma Camblor, que presenta un relato divertido, de estilo sencillo y con una lógica abrumadora por parte de los niños que hacen diversas pruebas con la maceta encantada hasta conseguir sus propósitos: porque “solo hay que plantar lo que debe ser plantado”. Junto a los textos, destacan las preciosas ilustraciones de Esther Gili, llenas de colores y de pequeños detalles que cuentan otras historias paralelas: con pajaritos, ranas… y un tierno bostildo. En ellas, especialmente sobresalen los distintos tonos de verde y sus múltiples formas en el bosque, en el jardín, en el invernadero y en las macetas de la tía Celia, llenas también de flores y frutas: un álbum muy recomendable para leer en familia y disfrutar de todas sus páginas.