En la misa no se está, se participa. La misa no es de otros; es mía. La misa no es algo más: es el centro. En la misa no todo es visible: hay muchas cosas que no se ven. La misa no es un capricho; es una necesidad. La misa no es aburrimiento; es apasionante. La misa exige interioridad.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2003 | Desclée de Brouwer |
110 |
15ª edición |