El conocido popularmente como “Crimen del Garlasco” -un hecho real bastante famoso en Italia por la gran repercusión que tuvo en los medios de comunicación- le ha servido a Camilleri como punto de partida para crear la novela.
Michele Caruso, director de la RAI en Palermo, se niega a que el auto de procesamiento de Manlio Caputo, hijo del lider de la izquierda siciliana y acusado del homicidio de su novia -Amalia Sacerdote, hija a su vez de un notable diputado del partido rival- abra el informativo de la tarde: "Esta historia es peligrosa para todos; también para quien debe dar la noticia".
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Con gran acierto se ha
Con gran acierto se ha escrito que en este relato, historia o lo que sea, el autor se ha arrojado por un precipicio de diálogos y personajes, entre los que el lector tiene imposible orientarse. La multiplicación de los personajes, con sus obligatorios apellidos italianos, hace casi imposible saber quién es quién en esta historia. Agatha Cristie, que representa el canon en la novela de misterio, incluía antes de sus novelas un directorio de los personajes para facilidad del lector, Camilleri debía haber hecho igual si pretendía que entendiéramos algo de lo que ha escrito.
Al parecer, la novela corresponde con un suceso real, "el crimen de Garlasco", sucedido en Sicilia años atrás. El autor así lo indica en una Nota al final del libro; afirma que "muchos lectores lo recordarán", no en España, desde luego. Es posible que los que siguieron en su día la investigación por los medios de comunicación, adivinen las coincidencias de la novela con algunos hechos reales, pero esto no está al alcance del que enfrenta la novela por primera vez y desconoce los antecedentes.
Podemos intuir que el carácter incomprensible de los diálogos, su carácter vaporoso y la Nota final, obedezcan al deseo del autor de protegerse contra denuncias por difamación por parte de personas investigadas en aquella ocasión. También llama la atención que la novela haya sido premiada en España antes de su publicación en Italia, tal como se dice en la página cuatro. Se nos antoja que haya podido ser un paracaídas para el autor antes de lanzarse al vacío en Italia, una afirmación del carácter literario y novelesco del texto. Afirma el editor que la novela denuncia la corrupción política en Sicilia, que alcanzaría a la judicatura, la abogacía y los medios de comunicación, será así si así se lo han contado a él, para mí no supone ni eso ni lo contrario.
La inmoralidad sexual de los personajes se presupone, ya que forma parte obligatoria del horizonte actual de la novelística. Es lo único claro de la historia además de que se ha producido un crimen. Y ¿qué decir del apellido de la víctima "sacerdote"? ¿No hubiera podido apellidarla "costurera", "deportista" o "domadora de leones"? Con gusto calificaría el libro como no recomendable si no fuera porque respeto la libertad de los lectores.
La obra no es solo una novela negra; está en la liea de denuncia del autor de la corrupción política en su Sicilia, del manejo de la judicatura, la RAI por parte de oscuras manos, así como el deterioro de los valores morales tradicionales como son la lealtad, el honor, la fidelidad matrimonial, el respeto a la vida, etc. Está escrita en clave de diálogo de velocidad arrolladora donde a veces el lector puede perderse entre tanta confabulación y manejo de las situaciones, ante tanta estrategia y contra-estrategia para no encontrar la verdad sino, más bien, para esconderla. Obra de lectura facil con el inconveniente antes indicado, con personajes definidos -casi todos corruptos- y sin las truculencias explícitas habituales en este género, cosa que es de agradecer al autor.