La oreja de Pompón

Pompón, el oso de peluche de Jorge, está llorando. El perro le había mordisqueado una oreja… ¡y se la había roto! El padre de Jorge le acababa de hacer otra con un viejo calcetín. Pero se notaba mucho que era un calcetín cosido. Jorge todavía no lo ha visto. ¿Qué pasará cuando vuelva de la fiesta de cumpleaños de su amigo Luis…? Pompón teme que el niño ya no le quiera y decide irse de casa.
En su huida tiene la oportunidad de conocer a dos personajes que le harán pensar. El primero, es un soldado galáctico. A pesar de que le falta la mano izquierda, es capaz de pilotar su platillo volante. Al niño dueño del soldado no le importa que le falte una mano porque es su juguete preferido.
El segundo personaje que removerá por dentro a Pompón es una bailarina. Al compás de una melodía muy alegre, danza dentro de una caja de música. Una niña la admira y procura imitar sus pasos a pesar de que la bailarina… ¡sólo tiene una pierna!
Pompón piensa que, a lo mejor, a Jorge no le importará que tenga un calcetín por oreja. Sólo hay una forma de comprobarlo: regresar. Por supuesto, al niño le dará igual el nuevo aspecto de su oso de peluche preferido y le cubrirá de besos.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2008 Bruño
48
978-84-216-8085

colección ChiquiCuentos

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Comentarios

Imagen de PAX

La historia de este oso de peluche es la de muchos niños que se sienten acomplejados por algún defecto físico. Los educadores encontrarán en este Chiquicuento un forma entretenida y emotiva de remover a los niños y de orientarles hacia el imprescindible respeto hacia uno mismo. Sólo así podrá surgir el respeto a los demás.

Imagen de Azul

El cuento, dirigido a primeros lectores, muestra con delicadeza que nadie es perfecto. Todos tenemos algún defectillo. Pero, aun así, somos únicos en el mundo y merecedores de ser queridos.
Las ilustraciones son de una calidad sobresaliente. Rebosan ternura y son capaces de resumir la historia con imágenes que se graban en la pupila del lector y en su corazón.