El Evangelio sigue hablando a cada uno. Como un personaje más podemos introducirnos en sus escenas y ver la figura de Jesús, Dios y Hombre, con los ojos de quienes convivieron con Él. Cada vez podemos aprender cosas nuevas; cada vez podemos sentir la sonrisa de Jesús de un modo que nos anime a tratarle y quererle más y mejor.