Imperio Otomano, siglo XVI.
Luis María Monroy, un joven soldado de los tercios españoles, apresado en la isla de los Gelves cuando era soldado de las tropas de Felipe II, es uno de los muchos españoles que sufren cautiverio a manos de los turcos. Sánchez Adalid retrata las extraordinarias vivencias de Monroy, quien, gracias a sus habilidades con el laúd, a su fina intuición y a algún que otro golpe de suerte, no sólo conservará la vida, sino que se convertirá en una pieza clave en las tramas de espionaje que facilitaron algunas importantes victorias a la flota cristiana.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2005 | Ediciones B |
476 |
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Comentarios
Como sabemos esta novela es la segunda parte de El Cautivo. También tiene ritmo, ambientación buena, quizá lo más logrado, y pinta un momento histórico, novelado ciertamente pero sustancialmente verídico, como suele hacer. Sí, hay algunos momentos sensuales sin excesos que podría haber prescindido.
Más interesante es el problema de conciencia de Monroy y su vivencia como musulmán. Me gusta menos su peripecia en Malta que podría ser real pero es casi increíble y desde luego un error garrafal impropio de Monroy. Su paso por cárceles, torturas e Inquisición quizá sea exagerado pues de ser cierto tanto sufrimiento no habría sobrevivido. Por ello me parece una novela histórica inferior a El Mozárabe.
Si son ciertas las cartas que presenta como apéndice al final muestran una fe de primera, en Monroy, su madre, su hermano, y el bueno de Sande, incluido Felipe II. Mucha calidad humana y de fe.
Continuación de El Cautivo. Mucho mas amena y con temática mas completa. Luis de Monroy se hace hombre mientras se plantea cuestiones acerca de la vida, su fidelidad a su fe y sus principios en la cultura hostil de una Estambul islámica. Sánchez Adalid dibuja la acción en su estilo habitual. Sensualidades aparte, podrían omitirse sin perder el hilo de la historia, La Sublime Puerta puede enseñar como vivir de manera íntegra en un entorno sdverso.
El tono sensualón de algunos pasajes desdice de la habilidad narrativa del autor y de su capacidad para recrear ambientes del pasado.
Algunas escenas sensuales desmerecen del autor, aunque el ambiente musulmán lo permita. La crisis de fe del personaje está lograda. Se echa en falta la profundidad de pensamiento del autor en algunas de sus anteriores novelas. Está, como siempre bien ambientada
Segunda parte (continuación) de El Cautivo.
Narrativa sencilla y ágil, novela lineal e históricamente interesante de un periodo muy interesante.