La variante Lüneburg

Al ir leyendo sus páginas iniciales, es fácil sentirse inmerso en un ámbito muy similar al de las obras de la primera época de Friedrich Dürrenmatt ¬- El juez y su verdugo, La promesa..., por ejemplo - y quizá contribuye a ello el apellido del autor, de origen posiblemente austriaco, el propio título, los lugares donde se desarrolla la acción - Viena y un tren que recorre Austria desde Munich- y sobre todo la caracterización psicológica de los personajes y sus problemas humanos. Son los dramas personales de historias con un denso pasado , que hunde sus raices en la trágica danza de nazis y judios de la Europa de Hitler. La novela está muy cuidada. Se caracteriza por la mesura, la estudiada expresividad, y la discreta elegancia, que acaban conformando una obra de calidad, proseguida con igual resultado en una magnífica traducción .

( de Ángel García Prieto )

Todo comienza con la muerte de un refinado industrial, un tal Frisch, en los jardines de su mansión, en un espacio en forma de ajedrez, tras intentar durante la noche, en su mesa de trabajo, una última partida. ¿Es un accidente? ¿Un suicidio? ¿Un homicidio? ¿La ejecución de una sentencia?, y ¿por qué delito? La respuesta exacta la encontrará el lector en un movimiento de ajedrez, en esa misteriosa variante Lüneburg. Mediante un simple gesto el lector se verá proyectado en un laberinto de espejos y recuerdos que, al igual que en una encarnizada partida de ajedrez, sólo encontrará la salida jugando el juego hasta el final. Remontando en el tiempo, movimiento tras movimiento, encontrará a dos maestros ajedrecistas, opuestos en todo y animados por un odio inagotable, que atraviesan los años y los cataclismos políticos pensando tan sólo en afilar las propias armas para vencer al otro. Que uno de ellos sea judío y el otro un ex oficial nazi no es sino uno de los axiomas del teorema. En el libro se entrelazan, por medio de un personaje intermedio (hijo adoptivo de uno de ellos), la vida de dos ajedrecistas que, desde la infancia, se encontraron en distintas situaciones de reto, pero sólo en una de ellas se demostró el verdadero juego, un juego peligroso y cargado de sufrimientos, tensiones y lucha, principalmente para aquel que jugaba por una parte de la humanidad más débil. Las dos vidas paralelas son las vidas de dos maestros, en donde cada uno de ellos defiende unos valores y una dignidad. En su juego no hay valor si no hay una apuesta lo suficientemente fuerte para que ambos jueguen con toda su concentración y fuerza. En el tablero de ajedrez están la vida de otras muchas personas que no saben que su destino está precedido por el movimiento de un peón, o de un caballo. El estilo literario del libro es dinámico, se lee con facilidad y el argumento del libro te lleva a proseguir la lectura casi de un tirón. Las realidades que en él se describen en ocasiones son duras y crudas. Por ello la sensibilidad del lector nunca queda indiferente. El final que presenta el libro es desconcertante, en cuanto a que son muchas las interpretaciones que se pueden realizar de él. El autor muestra un claro conocimiento del mundo en el que nos introduce, con un gran dominio y profundidad no sólo de un juego, sino de su profundidad, significado y de la posibilidad de personalidades que se esconden tras una tipología de jugadores.