La verde luz de las estepas

"La verde luz de las estepas" es interesante en primer lugar por la estupenda prosa de Brigitte Reimann (1933-1973), que consigue dar vida a paisajes y a pequeños sucesos y los humaniza a través del contacto con la gente corriente con la que se va encontrando, desde que salen de Berlín Este hasta que regresan después de haber visitado Moscú, Tselinogrado, Novosibirsk, Irkutsk y Bratsk, donde la Unión Soviética estaba realizando, en los años sesenta del siglo pasado, una labor colonizadora e industrializadora enormemente costosa, en pugna con Estados Unidos por el liderazgo sobre el mundo. Décadas más tarde, se supo que algunas de esas zonas han terminado siendo de las más contaminadas del planeta, pero entonces parecían el no va más del paraíso comunista. Se trata de un viaje oficial y propagandístico, por tanto nada se dice de disidentes ni de gulags. Pero Reiman, que no era demasiado afín a los dirigentes comunistas,  trata de ofrecer su opinión, algo más crítica que la oficial, en la medida en que puede. Por esto se aparta a veces de homenajes, discursos y estadísticas, para acercarse a lo cotidiano en aquellos parajes inmensos e inhóspitos y a sus hospitalarias gentes. Esto se completa con unos fragmentos del diario de la autora, en los que puede manifestarse con más libertad e ironía. Un libro interesante, sobre una época que hoy puede parecernos muy lejana, pero que tuvo dramáticas consecuencias para la vida de millones de personas que vivieron al otro lado del llamado telón de acero.