La vida plena de Arturo Álvarez Ramírez

En estas páginas se presenta la biografía de un gran hombre, Arturo Álvarez Ramírez, oriundo de Ciudad Guzmán. Connotado profesor de química en la Universidad de Guadalajara (México), sobresalió por su riqueza interior y por la manera —clara y profunda a la vez— con que transmitía sus amplios conocimientos. Aunque falleció en 1992, su benéfico influjo se mantiene hoy tan vivo y actual como lo era mientras el Ingeniero estaba con nosotros. Mejor conocido como el “Inge” en el ambiente universitario tapatío, Arturo destacó por el sello de excelencia que lo caracterizaba. Trató siempre de encontrar a Dios en su trabajo profesional y demás actividades cotidianas. Por eso puede afirmarse que conocer el Opus Dei resultó el acontecimiento más trascendente en él. Un buen número de quienes lo trataron, afirman que el “Inge” Álvarez es un ejemplo a seguir, aunque no lo pretendiera él así. Lo que sí buscaba era educar cabalmente, dentro y fuera de las aulas y laboratorios. Trataba de “sacar” lo mejor de cada uno, de manera que fuera capaz de dar más de sí. Inculcaba principios que les servirían para conseguir, como él, una vida plena. El 28 de noviembre de 1992 murió en olor de santidad. Entre muchos testimonios, el empresario Raúl Pozas comparte: “En el tiempo que me tocó convivir con él, me enseñó lo que es tener un tierno amor a la Virgen María y lo que significa amar y abrazarse a la Cruz de Jesús, sin aparato y con gran naturalidad y alegría”. Alfonso Guerrero, abogado, señala: “Puedo decir que amaba su trabajo y tengo plena conciencia de que santificaba su ejercicio profesional diario”.

La vida heroica y sencilla de un Ingeniero mexicano en proceso de canonizacion.