Los Ángeles a comienzos de los años cincuenta, la década en que se construyó el mito del american way of life, en que los norteamericanos identificaron la prosperidad con los valores familiares y religiosos.
En una casa infestada de termitas, niebla tóxica en la calle y un tráfico infernal, vive un próspero guionista de la Paramount que a los treinta años ha renunciado a la rebeldía juvenil. Se llama John Fante, está casado con Joyce y esperan un hijo.
Publicada en 1952, Llenos de vida señala un punto de inflexión en la trayectoria del autor, que dejaría la literatura durante más de veinte años para dedicarse al cine.
Comentarios
Recuerdo haber leído este
Recuerdo haber leído este libro en una síntesis de Selecciones del Rider's Digest. Miro el año de su publicación y es el mismo en el que yo nací. Un relato antiguo, pero que parece moderno por su contenido.
Lo mejor del mismo es el dibujo de sus personajes: Un matrimonio italiano emigrante en los Estados Unidos, su hijo -John- escritor de guiones para Holywood, la esposa de éste -Joyce- esperando su primer hijo y el padre Gondalfo, sacerdote también de origen italiano. Se trata de un libro humorístico y por lo tanto los personajes están caricaturizados. Es tradicional hacer chistes sobre las embarazadas, los padres primerizos, los italianos y los curas. Nada nuevo. Sin embargo hay dos asuntos que conmueven: los hijos y la fe religiosa.
El abuelo Fante reprocha a su hijo que lleve cuatro años casado y todavía no tenga hijos. John se defiende argumentando que habían pasado una época de estrecheces económicas. Su padre, que había llegado de Italia y trabajado como albañil, responde: "Tampoco tu madre y yo podíamos permitírnoslo. Ni uno solo. Pero tuvimos cuatro. Los tuvimos sin dinero, con unos cuantos dólares, nunca suficientes. ¿Habrías preferido no haber nacido, ni tú ni tus hermanos?" (pág.102). Parece actual.
Los Fante son de origen italiano y por lo tanto están bautizados en la fe católica, pero a John le resulta cómodo haber abandonado la religión. Recuerda: "Me gustaba que mi mujer fuera atea. Su postura me facilitaba las cosas. Simplificaba la planificación familiar. No teníamos escrúpulos a la hora de usar anticonceptivos. Nuestra boda había sido civil. No estábamos encadenados por principios religiosos. El divorcio estaba a mano, cuando nos apeteciera" (pág.86). Pero élla decide incorporarse a la Iglesia católica antes de que nazca su hijo y se bautiza.
Cuando el padre Gondalfo invita a John a confesarse, el escritor recuerda sus confesiones de niño: "Lleno de alborozo caía de rodillas, expulsaba mis tribulaciones, me sentía limpio y me iba con la poderosa musculatura de los corazones puros" (pág.137). Pero han pasado quince años y no se siente capaz de recordar sus pecados ni siente contrición de los mismos. Entonces es el abuelo Fante, que ni recordaba la última vez que se había confesado, el que da un paso adelante. Su hijo piensa: "Alguien tenía que confesarse".
El abuelo "prácticamente se confesó discutiendo con el cura. En italiano, una confesión ruidosa, algo confusa e intensa. Cada vez que el padre Gozalfo decía algo mi padre le replicaba con brusquedad. El sacerdote levantó la voz. Después se pusieron a hablar con las manos, porque se veía la agitación de las cortinas. Al final se impuso la voz del confesor. Ya no se oía a mi padre. El sacerdote habló con amabilidad, de una manera convincente, con un murmullo tranquilizador" (pág.138).
Una historia bonita y unas situaciones que siguen siendo actuales. El libro se lee fácilmente.
La novela es entretenida y con buenos golpes de humor. Refleja la importancia de la religión católica en la América de los años 50 y el cambio de estilo de vida respecto a la generación anterior a Fante, esto es, a la de sus padres, con una fe profunda y llena de supersticiones, pero al mismo tiempo y en mayor medida, de amor y autenticidad.
El libro contiene cierta defensa provida (al menos es lícito interpretarlo así), y es una sátira mordaz e ingeniosa de ese mito del "American way of life". Libro breve y muy ágil. Menciona en repetidas ocasiones a Chesterton, motivo más que suficiente para fiarse de la salud y buen gusto de este autor.
Divertida novela, en la que en una clave de humor, Fante describe el inicio de su vida matrimonial y el nacimiento de su hijo. Muy interesante para hacer Forum. Toca temas como la conversión, la familia, la anticoncepción los hijos...
No consigo dar forma a la agradable sensación que me ha dejado este libro. No doy con el adjetivo que lo resuma bien. Es divertido, tierno, amable, muy real, positivo, acaba bien... como la vida misma, si la miras por el lado correcto. Además, temas como los hijos, la familia y la religión salen muy bien parados: un soplo de aire fresco. Aun a riesgo de resultar cursi y ñoño, diría que te esponja el alma (aprovecho para decir que no estoy muy de acuerdo con la visión del libro que transmite la contraportada). Para colmo, está muy bien escrito, con unos diálogos fantásticos. Y todo ello en apenas 150 páginas y por sólo 15 euros. ¿Qué más se puede pedir?
He quedado gratamente sorprendido con este relato. Con una soltura encantadora Fante presenta una historia (¿Autobiográfica?) fresca, positiva, desenfadada, con pasajes divertidos, de los que hacen reir de verdad. La relación entre padre –inmigrante italiano- e hijo –primera generación americana- es genial, y está muy bien tratada. Y así el resto del relato en la relación de marido y mujer del joven matrimonio.
Por fin me encuentro con un libro que me hace reír. Para eso tenemos que retroceder hasta los años cincuenta del siglo pasado. Una historia muy sencilla de un matrimonio joven que tiene su primer hijo. Las relaciones con el padre del que va a ser padre, inmigrante italiano, católico un tanto olvidado, pero con un montón de tradiciones antiquísimas de su país, que le persiguen en su nueva vida americana, sobre todo supersticiones bastante absurdas. El agobio de los primerizos, el descubrimiento de un sentido trascendente por parte de la esposa, que no era católica, y la sorpresa ante todo lo que va sucediendo por parte del marido, convierten una historia de todos los días en una novela divertida.
Este es el primer libro de Fante que he leído. Me ha encantado. Voy a conseguir toda su bibliografía en español. Mezcla ternura y momentos cómicos de una manera sublime. Con el episodio del viaje en tren me reí a caracajadas, como no lo hacia desde 'El perfeccionista en la cocina', de Julian Barnes.