Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estático, una versión de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto «austeridad». Una historia que nos hace plantearnos si los únicos sanos son los que saben que esta sociedad está enferma. Santiago Lorenzo ha escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2018 | Blackie Books |
224 |
978-84-17059-99 |
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Lo primero que llama la
Lo primero que llama la atención es el título; no parece apropiado llamar así a una obra que en principio pretende ser literaria ; no porque el término no esté dentro de nuestra riquísima lengua sino porque, de antemano parece que el lector puede sentirse mediatizado por el significado de la palabra.
En principio la lectura resulta sorpresiva al comenzar a leer algo que se promete como una aventura en la sociedad actual: vivir solo en medio del campo que puede resultar atractivo y estimulante lejos de lo que le pude resultar trabajoso o estresante.
Su huida precipitada de la capital, pensando haber cometido un asesinato fortuito, lo lleva a ir a ninguna parte. Se encuentra en un pueblo de nombre inventado, Zarahudiel, donde sus habitantes parece que hace tiempo que lo abandoraron.
La sola idea de sentirse libre de pesquisas policiales le hace augurar una vida totalmente plena en la más absoluta soledad.
Por otra parte su tío se las amaña para que todas las semanas le lleguen provisiones de un comercio cercano.
A pasar de los envíos debe agudizar su ingenio para vivir con lo estrictamente necesario, de forma que es el propio hombre quien tiene que buscar su sustento,
En principio es una pequeña oda a la vida en el campo y a hacernos ver el consumismo en el que estamos inmersos. Realmente se puede decir que este hombre vive la sobriedad en toda su plenitud, No siente ninguna necesidad y pierde horas en conseguir algo sencillo. Bien es verdad que esto es toda una utopía . llega a extremos increíbles que nos hacen sonreir.
Con este tipo de vida da la espalda a todo lo relacionado con las nuevas tecnologías y además, facilita que su falta de habilidades sociales no le suponga ningún problema por su falta de relaciones sociales.
En el libro, su autor pretende hacer una crítica de la vida en la ciudad, de las necesidades absurdas que tenemos y que son del todo prescindibles y del avance imparable de la nuevas tecnologías.
Al lector la primera mitad del libro le puede resultar entretenido y curioso. Tiene un buen nivel sintáctico y gran riqueza de vocabulario mezclado con amenidad a la hora de escribir.
La segunda mitad del libro el lector comienza a conocer la vida real del protagonista y sus reacciones antisociales cuando una familia viene a pasar todos los fines de semana y los obreros están casi a diario haciendo los arreglos pertinentes
Desde este momento la vida da un giro y debe vivir medio a escondidas porque siempre aparece alguien en Zarahudiel, arrebatándole su queridísima soledad.
Es aquí cuando la pretendida vida de soledad que le van arrebatando hace que aparezcan los auténticos rasgos del personaje.
Y son las armas que detesta, la tecnología con sus avances, la que le ayuda a poner en prácticas sus ideas nefastas para no perder esa soledad.
Resumiendo es un libro que en principio promete vivir lo que sería el extremo de la sobriedad pero que va viendo cómo en ocasiones sobrevive gracias al avance de la Tecnología
Abandonar la vida en una ciudad para luego, vivir en soledad es lo que le lleva a utilizar aquello que critica para conseguir sus fines. Pretende mantener su fin con medios ilícitos.
La postura del personaje está totalmente deshumanizada; no se atisba el más mínimo sentimiento moral o ético y no digamos religioso.
Quizá el lector termina con una especie de desencanto al percibir que es el uso de la técnica lo que le permite al personaje defender su soledad a cambio del daño hacia los demás a través de cortocircuitos, daños en la casa o cualquier cosa que les haga desistir de su descanso.
Veo al personaje antisocial, falto de recursos para buscar trabajo digno, sin perspectivas de ningún tipo y por tanto de ideales y esperanza aunque listo para sobrevivir en condiciones precarias.
Por otro lado el lector se da cuenta de la vorágine de cosas innecesarias en las que vive inmerso.
En ese sentido es un cántico al desasimiento de lo superfluo , a la templanza de los medios que tenemos y empleamos pero sin llegar a esta exageración que practica este peculiar personaje.
En resumen las cosas que tenemos debemos usarlas en la medida en que nos son necesarias.