Los Buscadores de Libros

Novela de aventuras y de misterio, ambientada en la ciudad de San Francisco en la época actual. La protagonista es Emily, una niña de casi trece años, que en su corta vida ha recorrido ya nueve estados (de los Estados Unidos) con su familia, que se ha propuesto un plan llamado “50 casas en 50 estados”. En esta ocasión, Emily está contenta por la mudanza ya que en San Francisco está la sede de la empresa Bayside Press, promotora del juego los “Buscadores de Libros”. En el año 2004, Garrison Griswold había lanzado este juego que ya contaba con más de 500.000 usuarios, entre los que se encuentra la propia Emily. El hallazgo fortuito de una edición especial de “El escarabajo de oro” en una estación de metro lleva a la protagonista, junto con su hermano Matthew y su amigo James, a una trepidante aventura por las calles y lugares de San Francisco, que aparecen muy bien descritos en el relato.
Aunque la historia es ficticia, la autora narra en un anexo final que el señor Griswold (de nombre propio, Rufus) es una figura histórica, contemporáneo de E.A. Poe. Publicó una antología titulada “Los poetas y la poesía de América” en 1842, y por ello se enemistó con Poe, que no salía bien parado en ella. Ambos autores han sido fuente de inspiración para Jennifer Chambliss. De la misma manera, “El escarabajo de oro” es un relato breve de Poe publicado en 1843, muy popular en el ámbito literario porque llamaba la atención sobre los criptogramas y la escritura secreta, asunto clave en esta novela y también en el juego de los “Buscadores de Libros”. Además, a Poe se le atribuye la creación del género detectivesco con  su personaje A. Dupin, que de alguna manera se recrea en los personajes protagonistas de esta obra.
En definitiva, se trata de una novela entretenida en la que se mezclan los elementos propios y atractivos de la literatura juvenil: las aventuras, el misterio, los mensajes encriptados, los juegos en la red, las relaciones familiares, la ayuda desinteresada y, especialmente, los lazos de amistad: “Trabajar solo era tan… silencioso, sin risas” (p. 254).  Además, en esta obra, todo ello va unido al interés por los libros y las librerías, que pueden despertar en los lectores una mayor atracción por estos lugares, sus obras y sus actividades.