Mañana puede ser un gran día

Estamos en Brooklyn y corren los años veinte. La chiquilla que conocimos en Un árbol crece en Brooklyn, la primera novela de Betty Smith, es ahora una joven mujer de nombre Margie, decidida a escapar de la pobreza y mediocridad que la rodean en su casa, donde los días transcurren entre las horas de oficina, las quejas de una madre dominante y los gestos tímidos de un padre derrotado por la falta de ambición y cariño. Margie sueña mientras camina por las calles frías de su barrio, pero finalmente las viejas costumbres se imponen: solo el matrimonio y el gobierno de una casa propia podían ofrecer a una mujer de aquellos tiempos cierto margen de libertad, y así la joven se casa con Frankie Malone, un hombre que tiene poco que contar y mucho que esconder... Esta historia, la de tantas parejas que callaron a principios del siglo XX, cobra sentido gracias al talento de Betty Smith, a sus ganas de hablar y mostrar los hilos rotos con que se tejió el gran sueño americano

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2015 Lumen
384
978-84-264-0200
Valoración CDL
2
Valoración Socios
2
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Comentarios

Imagen de Coré

Es verdad que no es una gran novela sobre el matrimonio, pero  a mi no me parece tan  negativa. La autora muestra que el encariñarse con una persona no quiere decir amar a esa persona; y que la exclusión de los hijos o, incluso el aplazamiento, no contribuyen a la solidez del matrimonio sino a su destrucción. Por otro lado, en la protagonista hay un deseo de mejorar cuando forme una familia lo que ve negativo en casa de sus padres. Yo no la recomendaría pero tampoco la excluiría, pues tiene momentos donde explora y describe  magistralmente los sentimientos femeninos.

Imagen de Ran

Me ha defraudado esta novela. Con una prosa plana y sin pretensiones aborda el tema del matrimonio y la familia en un entorno de pobreza. Lo hace con talante negativo, con cierta amargura y resentimiento, y su visión de la vida es triste y sin esperanza; no dejando lugar a vivirla con dignidad presentando unas relaciones familiares zafias donde falta el cariño y la entrega.
Su visión del matrimonio, tema central del relato, es negativo, un peso que hay que burlar a como dé lugar. La autora pone el acento en lo que separa y distancia a marido y mujer. No concibe el amor conyugal como generador maravilloso de la vida, antes bien predomina el miedo a tener hijos, actitud que se traduce en el egoísmo de no complicarse la vida.
En definitiva, un panorama nada halagüeño del matrimonio y la familia, a lo que los protagonistas acaban traicionando.