Vivimos rodeados de máquinas que hablan, que realizan diagnósticos, que colaboran entre sí, que se reproducen... ¿Por qué es imposible que un “cerebro electrónico” llegue a pensar como nuestro cerebro? El nuestro piensa y, sin embargo, está formado por cien mil millones de neuronas que no piensan nada, sino que reaccionan de manera automática a estímulos eléctricos y químicos... ¡Exactamente igual que las máquinas!
¿Son las máquinas el futuro de la evolución que empezó en la prehistoria? Y si es así, ¿no decidirán un día prescindir de la raza humana, atrasada, pendenciera y demasiado costosa?