Conferencia del historiador y político Florentino Pérez-Embid (1918-1974) sobre la figura de don Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912).
El conferenciante aplica la figura y enseñanzas del polígrafo montañés a la época en la que fue pronunciada la charla y al futuro político de España. Corría el año 1965 y en el país seguía vigente el franquismo.
Embid recuerda a Menéndez Pelayo como católico, político moderado, profesor universitario y trabajador incansable de las ideas.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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1965 | Ediciones Rialp, S.A. |
35 |
B00F50TINU |
Colección 'O crece o muere', núm.183. |
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Era el año 1965 y el
Era el año 1965 y el franquismo se encontraba en plena vigencia en nuestro país, cuando Florentino Pérez-Embid, historiador y político andaluz, pronunció en Madrid una conferencia sobre Menéndez Pelayo aplicado al presente y futuro de España.
Menéndez Pelayo (1856-1912) nació en una familia católica tradicional de Santander, hijo de un profesor de Instituto. Estudió historia en Barcelona -con Milá y Fontanals-, Madrid y Valladolid. A lo largo de su vida destacó como profesor universitario, político e historiador de las ideas. El joven catedrático profesaba un catolicismo tradicional, no radical. Estuvo políticamente cercano al Partido Conservador de Cánovas y posteriormente a la Unión Católica de don Alejandro Pidal y Mon.
Como político y universitario, Menéndez Pelayo se vió inmerso, en 1885, en la crisis desatada por los profesores krausistas de filosofía, que se negaban a ser censurados en sus enseñanzas por la Iglesia católica invocando la libertad de cátedra. En el Congreso Católico Nacional de 1889, el profesor reprochaba a los católicos españoles que "distraídos en cuestiones estúpidas" no acudieran a la batalla de las ideas: "No acudimos a la brecha cada día más abierta de la metafísica, ni de la exégesis bíblica, ni a la de las ciencias naturales, ni a la de las ciencias históricas..." (pág.28). Políticamente reclamaba la unidad de los católicos y una conciencia nacional universalista, "no encerrada en el estrecho molde de los nacionalismos" (pág.29).
En 1965, Florentino Pérez-Embid (1918-1974) había vivido la Guerra Civil, ostentaba cargos en el franquismo, pero también formaba parte del Consejo Privado de don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII y exiliado en Portugal, que pedía para España una monarquía democrática, de corte europeo. En su conferencia Pérez-Embid recuerda los movimientos revolucionarios que había experimentado el país antes de la Guerra Civil. Reconoce la necesidad de "un Estado fuerte, con autoridad legítima, que impida las violencias revolucionarias sin recurrir a la coacción ni a la supresión de las libertades políticas" (pág17). Es fácil reconocer detrás de sus palabras el programa de don Juan de Borbón para el futuro de España.
Pérez-Embid rechaza "por amplitud de criterios y aún por estética las tosquedades de la derecha reaccionaria, [así como] el complejo de inferioridad ante las amenazas de la izquierda": "Aspiramos -dice- a centrar una convivencia civil en donde la libertad esté institucionalizada, asegurado el progreso y la transformación de las estructuras socio-económicas" (pág.17). Curiosamente critica "el fenómeno contemporáneo de la tecnocracia -que en España representaban otros católicos- "neutral ante los contenidos doctrinales de la política" (pág.19). "La convivencia pacífica -razona- sólo puede basarse en la concordia esencial de los espíritus" (pág.25).
El conferenciante termina reclamando para "el porvenir del pueblo al que pertenecemos un sistema de hombres con ideas; hombres que sean a la vez ejemplares, recios y generosos" (pág.34). Embid falleció en 1974, por lo que no llegó a ver la transición impulsada por los políticos españoles y el rey Juan Carlos I -hijo de don Juan de Borbón-, con el espíritu de concordia que había pedido el conferenciante a los españoles.