Mermoz

Jean Mermoz fue un mítico piloto de aviación en los años 20 y 30, cuando volar era una aventura y cuando las diferentes naciones europeas se plantean una auténtica carrera de objetivos ambiciosos que costarían muchas vidas humanas. Al ser amigo del autor la descripción que se hace del protagonista, como persona y como piloto, es muy minuciosa y apasionada.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2008 Inédita
376
9788492400102

Edición poco cuidada con erratas de bulto.

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Dos premisas interesantes para interesarse por este libro: el autor fue amigo de Jean Mermoz, protagonista de la historia. Dos, el autor fue muy aficionado a la aviación, voló bastante y llegó a pilotar algunos aviones. Esto añadido a la capacidad de Kessel de llenar de pasión sus escritos anuncia un libro de calidad. Y lo es sin duda. Resulta en todo momento apasionante la narración de esa época de la historia en la que volar era una novedad, una aventura arriesgada y un nuevo negocio. Hay momentos en que es casi imposible interrumpir la lectura, y en muchos momentos he pensado que si estas historias se hubieran contado en una novela hubieran parecido exageradas. Kessel es un verdadero artista relatando los momentos tensos, las situaciones críticas, y esta historia le daba mucho pie.

Lo que sorprende es el personaje. Quizá hay que decir que sorprenden las alabanzas sin medida del autor a su amigo Mermoz. Es verdad que nos encontramos con un valiente, un auténtico héroe de la aviación, pero aún más que eso, se desprende de este libro que es un hombre que no respeta a las personas, especialmente a las mujeres. Es un verdadero monstruo de la aviación, tanto como lo es en el desprecio de quienes no eran sus amigos. Se nos presenta en todo momento como un amante que puede tener a varias mujeres esperándole en diversos lugares, como si fuera lo más natural. Cuando está a punto de casarse, en un matrimonio que no podía ser más que un fracaso, se suicida una de sus múltiples amantes en la misma cama, desesperada al saber la verdad de sus engaños. Y él sigue su camino como si tal cosa. Lo único positivo a nivel personal que se descubre en esta vida atormentada es el encuentro con Dios, habiendo sigo educado en el más perfecto ateísmo. Eso sí un Dios que no le lleva a seguir ninguna norma ni a mejorar en sus comportamientos.