Relata el asesinato del 35 Presidente de los Estados Unidos, John Fitgerald Kennedy. En noviembre de 1963 el Presidente realizó un viaje político al estado sureño de Texas, de donde era oriundo su Vicepresidente. Visitó San Antonio, Houston, Fort Worth y Dallas donde encontró la muerte. El relato continúa con el retorno del cadáver del Presidente a Washington y los funerales de Estado, que paralizaron al país y congregaron a numerosos dignatarios extranjeros. Figuras importantes en el relato son la esposa del Presidente, Jacqueline Bouvier Kennedy, que acababa de perder un hijo y se decidió a realizar el viaje a Tejas acompañando a su esposo; el asesino, Lee Harvey Oswald, que fue a su vez asesinado en los locales de la Policía de Dallas; el Vicepresidente Johnson, que asumió inmediatamente la Presidencia de la nación; los colaboradores del Presidente y el resto de la familia Kennedy.
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"Muerte de un Presidente" es un clásico de la crónica periodística. En casi ochocientas páginas el autor relata los sucesos acaecidos en los Estados Unidos entre los días 20 y 25 de noviembre de 1963 y nos acerca a los personajes que intervinieron en ellos. Manchester empezó a investigar pocos meses después de la muerte del Presidente y manifiesta haber entrevistado a todos los que tuvieron alguna relación con la historia; sólo Marina Oswald, la viuda del asesino, rechazó la entrevista; al Presidente Johnson y a Jacqueline Kennedy el autor les hizo llegar sendos cuestionarios escritos. Editado en dos volúmenes, el primero de ellos refleja la tensión del viaje presidencial por el estado de Tejas. Los ultraderechistas tejanos repudiaban a Kennedy por su política de distensión con la URSS y por mostrarse a favor de los derechos civiles de la población de color. Está muy bien tratada la figura del asesino, Lee Harvey Oswald, un hombre sin éxito en la vida, que quiso atraer la atención disparando contra un Presidente. Casi dos décadas después, en Nueva York, John Lennon fue asesinado por David Chapman con un motivo similar: atraer la atención de la chica de la que estaba enamorado demostrándole que era capaz de matar por ella. El 22 de noviembre de 1963 el tiempo parece detenerse en el Parkland Hospital de Dallas donde el Presidente exhala su último aliento. El cuerpo de Kennedy viaja de retorno a Washington en el Air Force 1, entre el desconsuelo de su viuda y de sus colaboradores más próximos; mientras tanto, en el el mismo avión, el vicepresidente Johnson jura su cargo como nuevo Presidente de los Estados Unidos. Las exequias del expresidente paralizan el país y atraen a numerosos dignatarios estranjeros; el dolor y la fortaleza de la viuda, acompañada de sus hijos y del resto de la familia Kennedy impresionan. Todos quieren acompañar el cuerpo de Kennedy en su último viaje al cementerio de Arlington; sin embargo en las escuelas de Dallas los escolares habían aplaudido al conocer el asesinato. "Había demasiado odio en el ambiente" –se repitió después. Es una llamada de atención sobre el hecho de que donde impera un ambiente de odio siempre puede aparecer alguien, más o menos cuerdo, dispuesto a desahogar sus frustraciones personales con un asesinato. La lectura del libro de Manchester hace innecesaria la teoría de la conspiración, que el autor plantea y excluye. A raíz del asesinato de Kennedy se produjo en los Estados Unidos un estado de opinión contrario a la venta de armas por correo, pero no llegó a materializarse en una Ley que la prohibiese.