Las Noches lúgubres: es una obra breve, enteramente dialogada y dividida en tres partes o noches, en las que participan escasos personajes: Tediato, el protagonista, que procura desenterrar el cadáver de su amada, para suicidarse junto a él incendiando su casa; Lorenzo, el sepulturero que ayuda a Tediato; la Justicia, que ordena en la Noche segunda el encarcelemiento del protagonista por una confusión; el Carcelero, y un Niño, que es hijo de Lorenzo.
Cada noche comienza con un largo monólogo de Tediato, inmediatamente seguido de una ligerísima acción, que da paso a diálogos con reflexiones metafísicas sobre el destino del hombre y la condición humana (...).
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2000 | Biblioteca Nueva |
218 |
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Comentarios
Aunque leí esta novela hace ya unos años, creo recordar que tenía una fuerte carga autobiográfica, porque Cadalso lloraba la muerte de Mª Ignacia Ibáñez y no sé si se planteó o incluso llegó a desenterrar a su amada muerta, como pretende el protagonista de Noches lúgubres.
Es una novela prerromántica: cementerios, desengaños amorosos, pretensiones suicidas... hasta el título es tópicamente romántico. El autor suele figurar entre los ilustrados españoles.
El protagonista se llama Tediato. Un nombre así no tiene más excusa que la pretensión simbólica: el hastío y el desengaño ante la vida. Pero en el cementerio Tediato descubre que el enterrador (aquí a Cadalso se le va la mano una barbaridad) tiene más motivos para desesperar que el propio Tediato y entonces (¡Ah! ¡Qué lección!) Tediato renuncia a hacerse la víctima y decide tratar de mejorar el mundo.
Noches lúgubres representa la lucha del hombre que ha perdido la fe en la vida eterna y duda entre el egoísmo y el suicido frente a la generosidad y la lucha por la felicidad ajena. En Noches lúgubres triunfa la filantropía "Nadie es infeliz si puede hacer al otro dichoso".
Tiene mucho interés como manifestación prerromántica (es de finales del XVIII).
Si no tenéis ganas de leerla os "desentierro" un párrafo genial. No lo sigáis leyendo si vais a enfrentaros al original porque es mejor encontrárselo en su salsa. Pero si no vais a leerla, para que veáis lo que digo, os presento la escena.
Tediato se encuentra con el hijo del enterrador que le está ayudando. El hijo del enterrador, como de pasada, como quien no quiere la cosa, le cuenta la historia familiar y, gracias a ese comentario, a Tediato se le abren los ojos y descubre que él no es el único ser humano que sufre. Atentos:
"Me llamo Lorenzo como mi padre; mi abuelo murió esta mañana; tengo ocho años, y seis hermanos más chicos que yo. Mi madre acaba de morir en sobre parto. Dos hermanos tengo muy malos con viruelas; otro está en el hospital; mi hermana se desapareció desde ayer de casa. Mi padre no ha comido en todo hoy un bocado de la pesadumbre."
Lo que se dice tener un mal día.