John Lanchester lleva a cabo en Novela familiar un arduo trabajo detectivesco de gran intensidad emocional: descubrir quiénes fueron verdaderamente sus padres y desentrañar los motivos y las aspiraciones que determinaron sus vidas. Unas emotivas páginas en las que se interroga sobre la esencia de las relaciones familiares al tiempo que realiza una sentida declaración de amor paterno-filial.
Comentarios
Más que unas memorias, Novela familiar es una indagación casi detectivesca sobre la vida de unos personajes empleando técnicas y recursos propios de la ficción narrativa y donde tan importante como los personajes biografiados es la narración de esta búsqueda. De hecho, detrás de la vida de Bill y de Julia se ocultan una serie de secretos, a menudo cruzados, que el hijo sólo empieza a descubrir tras la muerte de su madre. Algunos de estos secretos son tan importantes que, sin ellos, sus padres no se habrían casado y el escritor probablemente nunca hubiera nacido. La sensación final que deja el libro es agridulce. Lanchester, por un lado, es incapaz de entender o incluso de mirar con cierta simpatía al catolicismo. En un momento dado, por ejemplo, llega a comparar la Irlanda natal de su madre en los años treinta con el Afganistán sometido a los talibanes. Por otro lado, el autor intenta encontrar una justificación por el amor que siente por Julia; quizá porque la pregunta última de Novela familiar sea la siguiente: ¿Se puede amar a alguien que nos ha mentido tanto? La respuesta que ofrece el escritor decepciona al resultar deudora en exceso de la jerga más banal de la literatura de autoayuda. Con estas reservas, el libro es interesante y se lee con cierto agrado. Lanchester es un magnífico narrador que funciona mejor describiendo a los personajes que meditando sobre ellos. Y hay que reconocer que la infancia del autor, a medio camino entre Calcuta, Hong Kong e Indonesia, fue fascinante.