Esta insólita novela se publicó por primera vez hace
más de cien años. Desde entonces, Planilandia ha conocido numerosas ediciones y
ha sido utilizada para el estudio de la geometría en muchas escuelas e
institutos del mundo anglosajón. Es uno de los precursores clásicos de la
ciencia-ficción, un libro intrigante, inteligente y divertido.
El país de Planilandia, como nuestro propio mundo, está a
punto de iniciar el milenio. El último día del año 1999, un Cuadrado —hasta
aquel momento indistinguible de las otras formas de ese universo de dos
dimensiones— recibe el Evangelio de las Tres Dimensiones, que se revela a los
planos habitantes de ese mundo sólo una vez cada mil años. Transformado por una
verdad que es incapaz de ocultar, es condenado inmediatamente como hereje.
Su conmovedor relato, es en sí una creación
multidimensional, pues no sólo supone un desafío a nuestras percepciones más
básicas de la realidad cotidiana, sino que también es una aguda sátira social,
así como un clarificador tratado matemático. Situado en la tradición de
fantasía y sátira social que incluye los Viajes de Gulliver, Alicia en e! País
de las Maravillas y Animal Farm, Abbott se ríe de la rígida estructura de
clases y de la preocupación por las apariencias de su sociedad victoriana al
tiempo que plantea una cuestión subyacente que hoy resulta tan provocativa como
hace cien años: ¿Podríamos ser nosotros y todo lo que vemos a nuestro alrededor
tan sólo una sección de otros mundos de dimensiones superiores?.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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Comentarios
La novela como ayuda para el estudio de la geometria, es un buen aliado. Pero subyacen ella demasiados elementos negativos, como la lucha de clases (marxismo), la intranscendencia del hombre, representado este en una sociedad de figuras geométricas que como bien dice Concha supone una aguda sátira social y lo que Abbott quiere representar, además de un tratado matemático, es un sentido de la vida "plano" para el hombre, donde no cabe la existencia de un ser superior, con el cual se pueda relacionar y al que deba su existencia y por tanto una cierta manera de obrar. Todo se reduce a lo material y a las actuaciones indiferentes, que como bien se sabe en el hombre no se dan, todo nuestro actuar tiene una repercusión. Como bien dice Concha esta novela es "muy recomendable para quienes solo creen que existe la realidad experimentable". Pero no es para un público en general y mucho menos con una sólida formación religiosa porque entonces en lugar de Búsqueda de la fe, como reza la selección de CDL, se convierte en una pérdida de la fe o al menos en unas serias dudas sobre los fundamentos en los que ésta se basa.
Recomendaría esta obra a personas interesadas en las matemáticas, concretamente la geometría y a su forma de enseñarla, puede ser un buen recurso pedagógico. de hecho ya en 1981, se editó un vídeo titulado "La aventura del cuadrado" que recoge las ideas matemáticas de la novela.
El autor del libro, un cuadrado de planilandia, va conociendo otros mundos como puntolandia, linelandia y espaciolandia que trata de contar, lo que consigue, incluso aunque se trate de alguien nada ducho en la materia, cumpliendo la esperanza que señala el editor en el prefacio a la segunda edición, de que su obra, considerada en su conjunto, pueda resultar sugerente además de entretenida, para los espaciolandeses de inteligencia sencilla y modesta que (hablando de lo que es de la máxima importancia, pero excede los limites de la experiencia) se niegan a decir por una parte “Esto no puede ser” y, por otra tiene que ser exactamente así y sabemos todo lo que hay que saber sobre el asunto”. El autor ya en el siglo XIX fue acusado de misógino, hoy día el capitulo 4º sobre las mujeres es terrorífico, las levemente feministas casi mejor no leerlo, las decididamente feministas corren peligro de ataque de apoplejía, muy recomendable para quienes solo creen que existe la realidad experimentable.