En este volumen se incluyen dos biografías consideradas por muchos críticos como las mejores de Chesterton, e incluso los mejores retratos breves jamás escritos sobre estas dos grandes figuras de la historia europea. En el caso de San Francisco de Asís, la compenetración del autor con su biografía permite al lector entrar en aspectos del personaje que muchos habían pasado por alto.
La obra de "Santo Tomás de Aquino" se ve singularmente enriquecida por la capacidad del autor para ver el mundo a través de los ojos del santo.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2006 | Homolegens |
278 |
978-84-935182-0-2 |
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Se hace arduo ponderar esta
Se hace arduo ponderar esta obra de Chesterton, cuando voces autorizadas como la de E. Gilson afirman que, después de haberse dedicado al estudio y haber escrito sobre Santo Tomás, es lo mejor que se ha escrito sobre el autor.
No obstante, procederemos a decir unas palabras sobre esa tercera edición castellana sobre la vida de Santo Tomás. No es una biografía normal, concluye la vida de Santo Tomás en el capítulo 5, y dedica más de 1/3 de la obra a debatir sobre su pensamiento y el pensamiento de nuestro propio tiempo.
La obsesión de Chesterton es la búsqueda de la verdad. Y en su búsqueda fue capaz de reconocerla y manifestarla siempre con un estilo original, buen humor, expresión brillante y profundidad de razonamiento.
Realista, busca la causa y el modo de abordar el entorno que nos rodea: el materialismo actual busca en nuestra subjetividad lo que parece que el mundo exterior no puede darnos, abocando a un relativismo que invade todas los estratos de la sociedad cubriéndola de pesimismo.
Y esto ha arraigado en la vida de la gente que andan sobradas de subjetivismo y escasas de sentido común, perdida la sana relación con las cosas; solo hay una manera de salir de esta maraña, esto es: recuperar el contacto con la realidad y el sentido común, y Santo Tomás es el único capaz de mostrar un camino para salir de esa atolladero al que nos ha llevado el pensamiento y la ciencia moderna.
Santo Tomás construye un sistema de filosofía que realmente se corresponde con el sentido de la realidad de la gente, con aquello que los hombres corrientes llamarían sentido común; afirma que la filosofía de Santo Tomás está más cerca de la mentalidad del hombre de la calle que las mayoría de las filosofías actuales: que desde el comienzo del mundo moderno en el siglo XVI nadie haya construido un sistema de filosofía que sea realista.
Chesterton afirma que dada la brevedad de la obra no ha querido adentrarse en el estudio y exposición de la teología tomista, pero sí ha querido dejar sentada la importancia de su filosofía con relación al mundo actual.
Ambas biografías las leí hace tiempo. La de San Francisco me entusiasmó tanto que un conocido inglés se vio en la obligación de regalármelo en el original, y ahí lo tengo: poesía, ternura, admiración por la figura del santo... Acompañé a un amigo a comprar el libro en la tienda que hay detrás de la iglesia del Cristo de Medinaceli. El monje que nos atendió, franciscano, no dudó en asegurarnos que era la mejor biografía que se había escrito sobre el hermano de los pajaritos. La de Santo Tomás es esencial. Por distintos motivos llevo tiempo estudiando filosofía, y el punto de vista tomista es en el que más me centro, pero hasta que no leí a Chesterton no entendí realmente nada del pensamiento del Aquinate. Con razón decían Gilson y Maritain, tomistas a ultranza, que era la mejor biografía que sobre el doctor Angélico se había escrito.
Lo increíble de Tío Gilbert es la capacidad que tiene para sintetizar en poco más de cien páginas la vida y la obra de personajes de la talla de estos santos. Tiene otras biografías espectaculares, que además me parecen interesantísimas para entender la literatura de figuras como Dickens o Browning. El género biográfico se convierte en Chesterton en una obra de arte que habla, a su vez, de otras obras de arte; por el pensamiento, por la literatura o por la vida misma, que se puede convertir en una obra de arte.