Revela el libro cómo la armonía sobrenatural de sus acciones y silencios bien pudiera ser lo que un santo del siglo XX llamó unidad de vida. San José, se convierte así en modelo de esposo, de padre, de trabajador y de ciudadano que, en la vorágine de una época llena de difíciles acontecimientos, supo llevar a cabo la misión más sublime que jamás cupo a hombre alguno: custodiar al Redentor y a su Santísima Madre.