«Domingo Villar definió su obra teatral como una comedia. El espacio, perfectamente detallado en una acotación ad hoc al principio de la pieza, nos permite concretar un poco más el género: comedia de salón, quizás, o incluso comedia burguesa. Pero la trama, basada en una intriga sobre la falta de inspiración del protagonista y su voluntad de desaparecer aprovechando un muerto muy oportuno, nos orientan a la comedia negra.
El ritmo rápido, el enredo más o menos complicado, y la intención de hacer reír mediante la comparecencia de gags e ingeniosas líneas de diálogo que hacen entrar y salir a los personajes de su tendencia al estereotipo, convierten esta pieza de Villar en una obra tan interesante dramatúrgicamente como divertida para el público.
Eso es Síbaris: un refugio definido en la pieza como una tranquila playa de Grecia, esa que figura en los sueños de evasión de cada espectador que, como su protagonista, también necesita un lugar donde huir de la vida cotidiana que, absurdamente, avanza esquivando esa verdad que solo aportan los sueños y las artes».
Del prólogo de Inma López Silva
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Comedia negra sobre el mundo
Comedia negra sobre el mundo literario actual, autores y editores, con muchos toques de humor, ingenio y enredo. Ambientada en la época actual, en el salón de una casa burguesa, el protagonista es Víctor Morel, un célebre escritor que se encuentra en un momento crítico de su vida. Hace más de veinte años, publicó Síbaris, una obra maestra que tuvo un éxito arrollador; pero desde entonces Morel no ha conseguido terminar ni publicar ningún nuevo manuscrito. Su situación personal, familiar y económica se ha ido deteriorando con los años y, en su mente, comienzan a surgir ideas descabelladas para intentar solucionar todos sus problemas.
De esta forma, tras unas primeras escenas en las que se reflexiona sobre el proceso de creación literaria y la presión que sufren los autores tras un gran éxito, la obra deriva hacia otros temas más personales planteando situaciones inverosímiles y divertidas que lindan con el teatro del absurdo. Así, mediante la ironía, la sorpresa, el doble sentido y los equívocos, la obra nos recuerda a grandes dramaturgos de este género como Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela, que también se acercaba en sus comedias al género detectivesco.
Con esta obra dramática, Domingo Villar (Vigo, 1971-2022) daba un giro inesperado a su producción literaria eminentemente narrativa, en la que ha destacado con sus famosas novelas policíacas del inspector Caldas. En esta comedia, como en toda gran obra, se mezcla la ficción con algunos rasgos autobiográficos de la propia experiencia del autor en una sucesión de vivos diálogos: situaciones disparatadas y soluciones estrambóticas que también son una crítica ingeniosa y divertida a algunos convencionalismos de la sociedad actual.