Continuación de Northumbria, el último reino, si bien de lectura independiente, Svein, el del caballo blanco relata el primer año de invasión danesa y la vida de fugitivo de Alfredo el Grande (849- 899), quien, a pesar de ver su reino al borde de la destrucción, tiene la firme determinación de reconquistarlo jugándose el todo por el todo. La búsqueda de pactos, acuerdos y alianzas con los reinos vecinos empezará a trazar lo que más tarde conoceremos como Inglaterra. En un tiempo y un mundo dominado por el fuego, la espada y la traición, el joven Uhtred se enfrenta a un dilema: luchar al lado de los vikingos daneses entre los que se ha educado o hacerlo al lado del rey Alfredo el Grande de Wessex, por quien no siente simplatía alguna, debido a su forma de imponer el cristianismo entre sus seguidores. Habrá que esperar a ver de dónde sopla el viento para conseguir estar al lado del vencedor en la terrible lucha que, a finales ya del siglo IX, está a punto de sacudir lo que queda del último reino inglés.
Entrelazando las historias personales del guerrero pagano Uhtred y el rey cristiano Alfredo con los acontecimientos históricos, Bernard Cornwell relata con brillantez los embates de los vikingos destinados a acabar de una vez por todas con el reino anglo-sajón
Comentarios
Lealtades y traiciones en una época, Siglo IX en Inglaterra, de hombres cuasi primitivos y de instintos primarios donde la fuerza bruta es la que se impone ya que la estrategia y la astucia, al menos en las batallas, no existe. Época en la que cualquira que juntase a unos cien guerreros a sus órdenes se hacía llamar rey. En cuanto al tema religioso, que aparece en la obra, los personajes también son de creencias enormemente primitivas, incluso los ateos por raro que parezca. El autor narra de forma correcta y atractiva los métodos -los pocos que existen- de guerrear y a pesar de la crudeza y brutaldad con que estos individuos se comportaban, en ningún momento se deja llevar el autor por el reclamo facil de la truculencia expresa. La trama es sencilla, quizá demasiado, y el argumento lineal en el aspecto temporal pero el ritmo es lento y reiterativolo que hace que el lector pierda la tensión de ir más adelante. ´A este lector le parece censurable la continua crítica a la Iglesia y a los clérigos de la época.