Taras Bulba
Novela corta publicada en 1835. Concebida como novela histórica, a caballo entre el romanticismo y el realismo, narra en breves páginas las aventuras de los cosacos en la Ucrania del siglo XV. La estepa ucraniana, ese "océano verde oscuro", es el escenario de las peripecias de esa raza inquieta e indomable, amenazada por polacos y turcos, y ya mítica para los occidentales. La religión ortodoxa, base del nacionalismo ruso, marca la lucha contra infieles y herejes, y sirve de justificación al carácter aventurero y guerrero del cosaco. Gogol defiende y sublima sus virtudes, entre las que destaca su fuerte sentido de la solidaridad, pero no encuentra argumentos para justificar su crueldad extrema, su absoluta falta de compasión.
Taras Bulba recibe a sus dos hijos Ostap y Andréi cuando terminan sus estudios y comienza a adiestrarlos para hacer de ellos auténticos cosacos. Se suceden los saqueos, las escaramuzas, las batallas contra los polacos. Pero Andréi seguirá la estela romántica –al no comprender tanta sangre- y le traicionará por amor a una polaca enemiga. Ostap, fiel a su padre, heredará el orgullo el valor de sus antepasados. Taras Bulba, tras la muerte de sus dos hijos, provocará una gran sublevación del pueblo cosaco, que avanzará hacia Cracovia dejando a su paso sólo desolación.
Planteada como una epopeya, esta novela responde al carácter exaltado y contradictorio de su autor y rinde homenaje a una forma de vida ya muerta, y a unos valores que en diversas épocas el pueblo ruso rememora con nostalgia. Por encima del costumbrismo y la defensa de unos valores ya periclitados, queda el vigor narrativo de Gogol, verdadero padre de la gran novela rusa del siglo XIX.
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Novela juvenil, épica,
Novela juvenil, épica, dirigida a fomentar en los rusos su amor por su tierra, su religión y sus antepasados cosacos de Ucrania. Nicolai Gogol descendía de la pequeña nobleza ucraniana y es de suponer que escuchó historias sobre éllos. El relato se sitúa en el siglo XVI y Tarás Bulba es uno de los caudillos del pueblo.
Los cosacos eran guerreros de origen asiático asentados a orillas del río Dniéper. Se dedicaban a la guerra y el pillaje y, cuando no guerreaban, a "beber como cosacos". Sus enemigos eran los tártaros de Crimea, los turcos de Asia Menor y los polacos, católicos y europeizados, que trataban de enseñorear aquellas tierras. Los cosacos profesaban la religión ortodoxa y consideraban un honor morir por la tierra rusa y por Jesucristo.
Se trata de una novela de acción, rápida y fácil de leer; es de esos relatos que no se olvidan cuando los has leído de joven. Dirigido a caracterizar determinados personajes e incluso a un pueblo, también cuenta con breves pero hermosas descripciones prueba de su calidad literaria. Asimismo incorpora una pincelada romántica.
Unicamente encontramos en la novela algo malo y no de poca importancia: trata a los judíos como miserables que venden aguardiente a los guerreros y prestan dinero para la guerra. En un momento de ira Tarás Bulba apostrofa al judío Yánkel: "Tú mataste a Jesucristo" (pág.99). Es fácil criticar a los reyes de España por haber expulsado a los judíos de la península, pero es mucho peor fomentar el antisemitismo, tres siglos más tarde, con los resultados que todos conocemos: los pogromos en Rusia y posteriormente la Shoah u holocausto durante el régimen nazi.
Es una excelente novela histórica corta, trazada con maestría y apropiada para todos, grandes y pequeños. El retrato de estos cosacos es tremendo, pero no hay que olvidar que lo hace con el espíritu de la época y queriendo retratar héroes, de forma que exagera en todos los rasgos. Imprescindible leerla junto con Las almas muertas para tener una visión de Gogol.