Un nuevo cuento de hadas protagonizado por un personaje tradicionalmente secundario: el hada madrina. El relato está ambientado en un mundo de fantasía, que evoca a los cuentos clásicos de siempre, pero al mismo tiempo plantea una historia diferente repleta de magia, aventuras e intrigas.
Camelia es un hada que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionado casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas comienzan a torcerse de forma inexplicable...
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Como promete el título, se
Como promete el título, se trata de un extenso cuento de hadas en el que los elementos innovadores se mezclan con los tradicionales y populares, propios de este género narrativo. De esta forma, son constantes las alusiones a los cuentos tradicionales famosos pero con sugerentes elementos creativos, que suponen un revisión de temas, personajes (como Blancanieves, Cenicienta, Rapunzel, la Bella Durmiente, Hansel y Gretel, el Gato con botas) y argumentos muy conocidos (como el de la princesa y el guisante, las judías mágicas), que generan el frecuente recurso del “relato dentro del relato”. Del mismo modo, los títulos de algunos capítulos rememoran frases famosas de los cuentos de hadas, como: “Soy tu hada madrina”, “Si deseas algo con suficiente fuerza”, “En aquel entonces”, “Se hace saber”, que mantienen a los lectores inmersos en este mundo mágico.
Sin embargo, esta visión novedosa de las tramas ofrece también a los lectores una serie de lecciones para la vida cotidiana que resultan muy atractivas desde esta perspectiva, como la actitud de los niños caprichosos y sus consecuencias, los regalos que se convierten en rutina frente al valor de los regalos que no son materiales, la importancia de obedecer a los mayores y saber escuchar sus consejos. Porque a pesar de vivir en un mundo de fantasía, los personajes se van haciendo cada vez más humanos y reflejan diferentes caracteres y tipos sociales. Así, por ejemplo, juegan un papel fundamental las brujas que simplemente se han transformado en seres malvados a causa de la ira y de sus deseos de venganza (como podría ocurrir en el mundo real).
En definitiva, un relato lleno de imaginación y de creatividad para hablar del origen de muchos cuentos y de sus personajes; un universo de hadas con nombres de flores, de animales “Ancestrales” con poderes mágicos, de reinos y princesas, en el que hay amor, aventuras, emoción, intriga, encantamientos, hechizos, hadas buenas y brujas maléficas, con algunos finales felices, que a veces no lo son tanto. Aunque lo más importante, como siempre, como afirma la propia autora, sigue siendo el mágico poder de la lectura: “Felicia estaba creciendo con aquellos cuentos: los libros la transportaban a mundos mágicos, lejanos, infinitos, repletos de aventuras y emociones” (p.359).