Siglo XIX. Sur norteamericano. Familia de apaceros negros. Acuciado por el hambre, el padre roba comida y es enviado a la prisión. El perro, Trueno, sale en su busca y es herido. El hijo -el niño, en toda la primera parte de la novela; el muchacho, en la segunda-, ha de aprender a vivir sin su padre, sin su perro...
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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1996 | Everest. León |
104 |
Sounder, premio Newbery en 1970, |
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Narración conmovedora, positiva y esperanzada, pero realista y dura. Con estilo cortado y frases que encajan unas en otra como piezas de un puzzle, el autor introduce al lector en el mundo interior del chico protagonista: ¨Odiaba el viento frío. Se metía por la ropa, congelaba su cuerpo y le hacía tiritar. Confiaba en que el viento no soplara mañana en el bosque, pues entonces haría ruido. al niño le gustaba el bosque cuando estaba silencioso. Él entendía el silencio. Podía oir cosas cuando todo estaba quedo. Pero el silencio era más llevadero en el bosque que en la cabaña. En el silencio de la cabaña no oía cosas. Los silencios de la cabaña eran largos y tristes¨. Es veraz la descripción de los sentimientos del ¨chico: ¨El niño odió al hombre de la cara roja con el mismo odio ciego, pero imponente, que había sentido al ver a su padre encadenado, al ver cómo le disparaban a Trueno¨. Su vida se orientará cuando un maestro bondadoso le escucha y se ofrece a enseñarle a leer. (De Luis Daniel González. Guía de Clásicos de la Literatura infantil y juvenil)