El horóscopo del profesor Merlinus se lo advirtió: «una deuda no cancelada del pasado te traerá conflictos en el porvenir». Pero Vigil, escritor comunista de novelas policíacas, no cree en horóscopos y viaja al país centroamericano de Tierras Calientes para apoyar con su presencia la marcha revolucionaria liderada por su amigo el Capitán, un Che Guevara posmoderno, que se presenta ante el mundo con el rostro siempre cubierto por una capucha y lanzando poéticas soflamas políticas.
Allí se encontrará con otros mandarines culturales europeos: un cantautor canalla y noctámbulo, con afición a la cocaína y las mujeres, y un refinado, pomposo y melancólico escritor portugués, todos muy contentos de asistir a las vísperas de la revolución desde la primera fila de platea, o sea desde la terraza del hotel Savoy. A ellos se unirá una variopinta fauna de "turistas del ideal": un cineasta hollywoodiense con vocación radical, un cocinero francés antihamburguesa, miembros de varias ONG, organismos internacionales y grupúsculos antisistema...
Primera novela de una trilogía satírica sobre la España contemporánea, Turistas del ideal es una cáustica visión del filisteísmo cultural, el mandarinato de los intelectuales progresistas y las contradicciones entre sus ensueños revolucionarios y su realidad acomodada y burguesa. Y es también una afilada reflexión sobre las posibilidades y limitaciones de la literatura como vehículo de las ideas y medio de transformar el mundo.
Comentarios
Como señala la contraportada, una sátira implacable y certera sobre las miserias humanas, las bonitas palabras y las medias verdades entre las que se mueven los «turistas del ideal», dice también que desternillante, no diría tanto, pero si que es una novela entretenida, en la que casi todo y casi todos resultan reconocibles, pese a que el autor se cuida de señalar que los personajes son fruto de su exclusiva imaginación y no se refieren a personas reales.