Un escritor en busca de Dios

José Luís Olaizola es un novelista y de eso vive. Por propia confesión le cuesta un gran esfuerzo escribir sobre sí mismo. Sin embargo sus libros de viajes, de entrevistas y este libro autobiogáfico tienen un gran atractivo por la sencillez con la que el autor trata las cosas que para él son más importantes en la vida: querer a los demás y creer en Dios. La sencillez del autor hace que este libro, además de entretenido, constituya una excelente catequesis sobre lo que ha sido y sigue siendo la vida cristiana. Olaizola no alcanzaría su objetivo si su escritura no estuviese entreverada de sentido del humor y de ironía, sobre todo cuando se refiere a sí mismo y de su asesora literaria, su esposa Marisa. Al principio José Luís nos presenta a Marisa como opuesta a una nueva excentricidad literaria de su esposo, pero no es difícil adivinar que tiene que estar orgullosa de haber sido testigo, junto con el autor, de los milagros que Dios hace en el mundo a través que aquellos que le llaman Padre.